Las redes sociales y la digitalización de la vida diaria han cambiado la forma de relacionarnos con los otros, e incluso con nuestras parejas. Las barreras entre la privacidad y lo que estamos dispuestos a compartir con el otro, se vuelven difusas.

Un reciente estudio de WOM titulado “XYZ: Tres generaciones conectadas” determinó que, si bien el 79% de los chilenos protege su celular con algún método -contraseña, huella, etc.-, la mayoría de ellos accede a revelar su clave voluntariamente.

De acuerdo al sondeo, el 53% confirmó realizar esta práctica. La mayoría de ellos lo hace con la familia (61%), seguido de la pareja (51%) y los amigos (30%).

Aunque muchos lo ven como una señal de confianza, para otras personas esconde un peligro. ¿Compartir la contraseña es una muestra de amor o de control? 

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Confianza vs. individualidad

En entrevista con La Hora, un sociólogo y una socióloga entregaron sus distintas visiones. Para Arturo Arriagada, docente de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Adolfo Ibáñez, “no existe desconfianza en compartir la contraseña porque se trata de grupos primarios, o sea, donde el usuario forjó su personalidad. Además, a diario surgen problemas que no se pueden solucionar solos, olvidar la clave es un claro ejemplo”.

Sin embargo, para la académica de la Universidad Mayor, Dominique Karahanian, la conducta no es normal. “Es fundamental mantener la individualidad, dar la clave es una forma mal entendida de intimidad, donde hay que compartir todo”, señaló.

Además, sostuvo que “todo lo que está en redes sociales será mal interpretado. En la web no existe lenguaje no verbal, por lo que hasta las bromas de la oficina carecerán de contexto para tu pareja, quien no conoce las dinámicas internas”.

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A través de Twitter, el analista de Políticas Públicas de la ONG Derechos Digitales, Pablo Viollier, planteó el mismo dilema. “Compartir tus claves con tu pareja no es amor, es una conducta abusiva que se presta para el control, la falta de confianza y la violencia de género“, sostuvo, recibiendo comentarios que le bajaron el perfil a esta común práctica.

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