El término "glow up" está en tendencia y se relaciona con todo aquello que hace sentir mejor a las personas. Según expertos, el primer paso para alcanzarlo es abandonar los hábitos no saludables, comenzando por la alimentación, ya que esta impacta en múltiples aspectos del bienestar.
El concepto de “glow up” hace referencia a un cambio positivo y sostenido en el bienestar físico y emocional. Para lograrlo, uno de los primeros pasos puede estar en la alimentación. Así lo afirma Samuel Meza, académico de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), quien subraya que modificar el estilo de alimentación es clave para comenzar este proceso.
“Alimentarse de manera organizada, sin saltarse comidas y eligiendo aquellos alimentos que el organismo requiere y tolera adecuadamente, influye de forma directa en el bienestar general. Esto mejora la sensación de estar bien con uno mismo y con el entorno”, señala Meza.
Según el especialista, los hábitos más relevantes para un glow up saludable incluyen escuchar las señales de hambre y saciedad, así como respetar horarios regulares de alimentación. A esto se suma una correcta hidratación, que, aunque muchas veces no se considera un nutriente en sentido estricto, es fundamental para el funcionamiento del cuerpo.
Además del agua, el académico recomienda un mayor consumo de frutas y verduras, ya que aportan agua, fibra y vitaminas esenciales como la vitamina C, importante para la producción de colágeno. Estos elementos, junto a una dieta balanceada que incluya proteínas, grasas saludables y cereales integrales, no solo mejoran la digestión y la energía diaria, sino que también favorecen una piel más luminosa y una mejor salud emocional.
Uno de los errores más frecuentes, advierte Meza, es fijarse exclusivamente en el peso como objetivo principal. “El peso es una consecuencia de los hábitos alimentarios. Por eso, se debe privilegiar el desarrollo de hábitos saludables y evitar las dietas restrictivas o planes que impliquen largos periodos sin comer”, enfatiza.
Este tipo de prácticas pueden resultar contraproducentes tanto en lo físico como en lo emocional, al generar frustración, desórdenes alimentarios y ciclos de efecto rebote que terminan afectando la autoestima.
Finalmente, el experto destaca la relación entre alimentación y salud mental. Diversos estudios científicos han demostrado que una ingesta adecuada de nutrientes esenciales, como vitaminas (especialmente D y complejo B), minerales como hierro y yodo, así como ácidos grasos omega-3, prebióticos y probióticos, es indispensable para el desarrollo cerebral y el funcionamiento del sistema nervioso.
“Estos nutrientes participan activamente en rutas neurobiológicas y en el metabolismo de neurotransmisores, lo que influye directamente en el comportamiento y el bienestar emocional de las personas”, concluye.
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