Por Matilde Burgos
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Tenía solo 22 años cuando las puertas del escenario más importante se abrieron para su primer concierto. Fue en el Teatro Municipal donde en 1971 Gloria Simonetti se convirtió en la primera mujer en Chile en hacer un concierto como solista.

Es en ese mismo lugar, pero 47 años después, donde celebrará su medio siglo como artista.

En conversación con CNN Íntimo, la cantante nacional habló con Matilde Burgos de amor, de su relación con un hombre menor que ella, de la crisis en la Iglesia Católica, de política, actualidad y de lo difícil que es mantenerse vigente en Chile. “Para la gente como yo, adulta, es peor”, confesó.

—Sigues vigente y esa es una de las características que más llama la atención, que una mujer después de 50 años de carrera se mantenga vigente, se mantenga sacando álbumes. Tú este año, precisamente, uno de tus temas lo hiciste reggaetón.
—He pasado por todo, porque creo que una responsabilidad de una artista no es quedarse pegada solo en los éxitos, en el Mira, mira, en el Ojalá, en el Gracias a la vida. Hay que ir buscando también la alternativa de fusionarse con generaciones más jóvenes, que te provocan mucha adrenalina y que al mismo tiempo tú le enseñas un poco el carrete de la vida artística.

—Tu vida podría haber sido bien distinta. Estudiabas en la Universidad Católica Publicidad y, en esa época, leyendo lo que se publicó en el año que te subiste a Viña, en el ’69, que tú eras “una niña bien que cantaba lindo” en contra de “otras niñas lindas que cantaban bien”
—Jajaja. La frase era “Luz Eliana, una niña que canta bien”. “Gloria Simonetti, una niña bien que canta”. Decían que mi papá me había comprado la garganta, como era empresario y tenía plata.

—Fuiste transgresora porque claramente en esa época el ambiente artístico no era para una niña bien.
—Era difícil, complejo, pero yo soy muy porfiada. Hice muchos gallitos con mi familia, pero esa es mi pasión. Después que me pifiaron en el 1968 y todos me decían “ándate pa’ la casa”.

—¿Pero te pifiaban por eso?
—Me pifiaban porque se hizo un mal ambiente respecto a esta niñita que venía a quitarle el lugar a otra persona que pudiese estar ahí en vez de mí.

—¿Tu marido te apoyó? Porque tú te casaste bien joven.
—Me casé con Cristián del Campo en 1968 y el mejor recuerdo que tengo con ese hombre maravilloso es mi hijo, Cristián. Después conocí a Jorge Nogués, con el que estuve casada 24 años.

—Una relación que terminó por un accidente, que podríamos decir estúpido.
—Muy estúpido. Yo creo que si lo hubiese visto por televisión, digo: “¿cómo le pasa esto a una persona?”. Pero le pasó a él.

—Él se atragantó con un pedazo de carne en un restaurante. ¿Fue el gran amor de tu vida?
—Sí, él fue el gran amor de mi vida.

—¿Has sido una mujer enamorada?
—Enamorada, tanto como enamorada no, pero creo en el amor a pie juntilla. Me doy las oportunidades que sean y que se me presenten en la vida porque soy una mujer que cree en el amor y que soy resiliente en ese sentido.

—¿Sigues en pareja?
—Sigo en pareja.

—¿Con este hombre que es veinte y algo años mayor que tú?
—Sí.

—¿Se están dando más estas relaciones?
—Yo creo que sí. Cumplir años es obligatorio, envejecer es opcional. Yo me siento viva, llena de energía, empatizamos en muchas cosas. Nosotros no tenemos una proyección, así como en La Pequeña Casa de la Pradera. Nos proyectamos cada semana, en los próximos 15 días estando bien. El día de mañana él tendrá toda la libertad de irse si quiere y yo seguiré haciendo mi vida.

—¿Eso es un temor que enfrenta una mujer que tiene una relación con un hombre menor?
—¿Sabes que es lo único que me complica? Que hay muchas cosas que quisiera hacer y que por tiempo no podré. Me preocupa haberlo conocido tan tarde, pero mientras tanto vivamos el 24/7.

—¿Te gustan los hombres más jóvenes?
—Yo hasta que estuve casada fui como normal, jajaja. Mis maridos eran tres o cuatro años menores que yo. Terminé con el asunto de mis maridos y dije “busquemos alguna cosita más desafiante” y empecé a salir con gente más joven. Al principio me miraban como “¿y esta vieja de qué se las da?”, pero después que me conocen se entretienen conmigo, lo pasan bien. Yo soy bastante lúdica y divertida. Yo creo que el hombre, aparte de cariño, amor, sexo y otras cosas, necesita que la mujer sea entretenida.

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“La ignorancia es peligrosa”

—¿Qué temías cuando tu hijo, Cristián, entró a jesuitas?
—Cuando tienes un hijo uno es muy egoísta y uno piensa en su proyección: no voy a tener nietos, qué lata que se meta a cura. Pero, por otro lado, pasan los años y lo que más desea una madre a un hijo es su felicidad.

—Este año, particularmente, ha sido un año extremadamente difícil para la iglesia. Es una crisis en la que probablemente se necesiten décadas para salir. ¿Cómo ves tú que han enfrentado los jesuitas la crisis del tema de los abusos sexuales?
—La debacle institucional de la Iglesia Católica ha sido la más grande de los últimos tiempos. Ha sido un golpe tan duro para todos los sacerdotes que hacen su trabajo, pero están igualmente shockeados con toda esta situación.

—Esto, además, pasó muy rápido. En Chile explotó este año luego de la visita del Papa Francisco en la que tú le cantaste en el Hogar de Cristo. ¿Cómo fue esa experiencia para ti?
—Fue extraordinariamente importante porque siento que este Papa es un cura mucho más sencillo, bastante más a la mano, lo encuentro bueno. Un cura que desafortunadamente acá no le hicieron pisar el palito, le hicieron pisar una viga. La misma Iglesia Católica se encargó de ponerle el traspié al Papa para que realmente dijera las tonteras que dijo.

—A ti siempre se te asoció con la derecha y tu carrera, el comienzo y auge, fue durante la dictadura. Se te asoció a Augusto Pinochet. ¿En esa época asumiste una postura política?
—Mira, voy a retrotraer. Conocí a Allende cuando iba a visitar a mi padre porque estaba postulándose a presidente y les preguntaban a los empresarios importante respecto al futuro de Chile. Una muy buena persona que quiso hacer un muy buen gobierno, pero se rodeó de pésimas personas. Después vino el proceso del golpe donde todos pensábamos que esto sería una transición. A mí se me pudo haber caratulado como quieran, me da exactamente lo mismo. Yo no he pertenecido nunca a ningún partido político, no participé en la campaña del SÍ ni en la del NO. En ese sentido, he sido apolítica y en mi música he elegido siempre canciones de gente de izquierda.

—Cuando estaban pasando cosas tan duras en Chile, cuando se estaban violando los derechos humanos, cuando estaba desapareciendo gente, cuando estaban exiliando artistas, ¿tú veías eso?
—Uno era muy ignorante y la ignorancia es muy peligrosa, porque tú sabes una parte de la película o lo que te quieren mostrar los medios y estaban absolutamente coludidos. Yo me enteré de los exilios por mis amigos artistas. Por ellos me enteré de las violaciones a los derechos humanos, de la cantidad de gente que se mató, la cantidad de gente que se torturó. Era una situación muy violenta de la cual yo era una ignorante absoluta.

—Tú cantaste para Pinochet, cantaste pagada. Sabiendo todo eso, ¿habrías vuelto a cantar?
—No. No, claramente.

—Luego en los gobiernos democráticos tú has seguido cantando a todos los presidentes.
—A todos.

—¿Pero tú tienes una postura política?
—Tengo una postura social que es la que más me interesa. La política es necesaria, pero a mí no me motiva.

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“Discriminada por muchas cosas”

—¿Qué cantantes chilenos te gustan de los actuales?
—Yo tengo gustos muy especiales. Hay cantantes que me motivan mucho por su forma distinta de cantar, porque cantantes hay muchos y maravillosos, pero realmente a mí me gusta, por ejemplo, la Ana Tijoux. Me gusta mucho uno que no es tan conocido, que tiene un timbre de voz muy curioso, que se llama Chinoy. Estoy hablando de gente muy joven.

—Fuiste la primera mujer en dar un concierto en el Teatro Municipal. El rol de la mujer ha cambiado muchísimo, este año ha sido un salto tremendo. ¿Tú te declaras feminista?
—Hasta por ahí nomás. Me declaro feminista en todo lo que significa poner a la mujer en las mismas condiciones laborales, en la vida, en todo en lo que se presente como sociedad. No me declaro feminista a ultranza en el sentido de que todas las cosas que haya que ir a discutir o a luchar, tengan que ser con una sobrexposición.

—¿Tú te has sentido discriminada por ser mujer?
—Yo me he sentido discriminada por muchas cosas, pero principalmente por el hecho de venir de una familia acomodada, por cantar bien, por vestirme bien, vestirme mal. Este país es muy chaquetero.

—¿Es muy difícil mantenerse vigente en este país?
—Es un parto. Tú das examen todos los años y no pasas nunca de curso. Y para la gente como yo, adulta, para no decir vieja, es peor.

—Tú sigues cantando, ¿dónde cantas?
—Canto en todos los casinos, en fiestas de empresas, de municipalidades, en eso. Canto mucho todo el año. Ahora, si tú me preguntas en la televisión, ¿a dónde voy a ir a cantar? Tendría que ir a cantar a Pasapalabra.

—Más allá que se recoja en los medios, más allá de la televisión, tú sigues y eso es lo que ha mantenido tu voz, también.
—Sigo, inalterable, durante 50 años donde no he parado en ningún instante.

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