El presidente Donald Trump visitó por sorpresa a los soldados estadounidenses en Irak en el primer viaje que realiza el mandatario a una zona de guerra desde que asumió la presidencia en el año 2017.
Trump llegó a la base Al Asad junto a su esposa, Melania Trump, para visitar a los cerca de cinco mil soldados estadounidenses que se encontraban en ese lugar, dejando atrás la tensión que se respira en Washington con el cierre de gobierno que se mantiene desde el sábado en Estados Unidos y está afectando a unos 200 mil empleados federales.
El presidente reiteró que la única forma de que se reabra el gobierno es que los demócratas aprueben el presupuesto para su muro, una de sus principales promesas de campaña, con el cual asegura que se acabará la inmigración ilegal.
Son más de 5 mil millones de dólares lo que pide el presidente de EE.UU., sin embargo, los demócratas se niegan a aprobar esta partida del presupuesto.
Este jueves se retomó la discusión en el Congreso después de las vacaciones de navidad. Lo cierto es que la posición tanto del presidente como de los demócratas son bastante rígidas.
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En su visita sorpresa el presidente se refirió a su polémica decisión de retirar las tropas de Siria durante el próximo año y dijo que Estados Unidos seguirá siendo la policía del mundo y que no tiene por qué estar manteniendo a tropas de su país en países extranjeros. También justificó la medida con el argumento de que la amenaza de ISIS de acabó.
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