AGENCIA UNO

Esta jornada, la Compañía de Jesús recibió el resultado de la investigación previa canónica iniciada por la denuncia de una mujer contra el sacerdote jesuita Felipe Berríos.

En detalle, sobre la investigación preliminar, la compañía ha afirmado que entrevistó a 40 testigos, determinado “la verosimilitud de actos de significación sexual de distinta relevancia que habrían afectado a siete mujeres jóvenes y adolescentes”.

Así, continuaron, los hechos “se refieren a tocaciones y diversos traspasos de límites en el ejercicio del sacerdocio”, entre los años 1993 y 2009.

Sin embargo, el religioso negó los actos que se le atribuyen y cuestionó la investigación llevada a cabo por la Compañía de Jesús. En esa línea, sostuvo que la indagatoria, “no diferencia entre las cuatro denunciantes y los tres relatos de otras personas, y no explica la diferencia entre que un hecho sea verosímil y que éste realmente haya ocurrido”.

“En este tiempo he podido conocer en detalle las cuatro denuncias y los tres relatos que finalmente se presentaron ante la investigadora canónica, ninguna de las cuales ha sido llevada a la Justicia. Son las únicas acusaciones que he recibido en 45 años como jesuita y luego de trabajar con más de 15 mil jóvenes en colegios y otros tantos en diferentes organizaciones sociales”, detalló, agregando que “salvo una, desconozco las historias de vida de las denunciantes”.

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Asimismo, señaló que tras conocer los relatos, “puedo afirmar que no he cometido los actos de significación sexual que ellas describen. De hecho, la sola expresión ‘actos de significación sexual’ es muy compleja, pues la gente se imagina relaciones sexuales no consentidas y horrores de ese tipo. Acá no hay nada de eso”.

“La opinión pública debe saber que de lo que se me acusa es de conductas impropias, como lenguaje inapropiado, hablar de temas que supuestamente no corresponderían a un sacerdote y en algunos casos de abrazos y supuestas tocaciones de muslos y glúteos”, añadió.

Sobre lo mismo, sostuvo que “nunca me he aprovechado de mi posición de sacerdote. Al contrario, siempre he tratado de ser muy horizontal y he luchado contra las formas jerárquicas de la Iglesia, como que me traten de ‘padre’ o usar vestimentas opulentas. Todo eso, justamente, para evitar posiciones dominantes”.

Finalmente, reiteró que desea que este proceso, “también avance en la Justicia ordinaria, pues ahí podré enfrentar un juicio justo y transparente, de cara a la ciudadanía”.

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