Según advirtió el gestor del espacio, José Antonio Ilianovich, los propietarios decidieron no renovar el contrato de arriendo del Palacio Larraín, ubicado en pleno centro de Santiago. “Con este cierre, lo que se está haciendo es matar parte del patrimonio de Santiago”, subrayó.
El Palacio Larraín, ubicado entre las calles Moneda y Cienfuegos, podría dejar de ser un recinto abierto a la comunidad.
Según informó The Clinic, los propietarios decidieron no renovar el contrato de arriendo a José Antonio Ilianovich, gestor responsable del espacio durante casi 20 años.
De acuerdo con el citado medio, en un plazo de un mes y medio el lugar podría “convertirse en un conventillo para el arriendo de habitaciones”, según adelantaron los encargados del proyecto cultural.
Ilianovich destacó que durante estas dos décadas lograron convertir el palacio en una especie de casa-museo, conservando el estilo original de la época, lo que ha permitido que numerosos colegios y grupos de visitantes se sumerjan en la historia de Santiago, inspirada en la cultura europea.
“Es un lugar en el que la ciudadanía tiene interés. En el último Día del Patrimonio recibimos seis mil personas. Con este cierre, lo que se está haciendo es matar parte del patrimonio de Santiago”, subrayó.
El gestor cultural señaló que ofrecieron a los propietarios un arriendo por la totalidad de la propiedad, pero la propuesta fue rechazada. También lamentó la falta de apoyo de las autoridades:
“El alcalde de Santiago, (Mario Desbordes), nos cerró la puerta, diciendo que era una pelea entre privados. Sin embargo, este lugar tiene protección y título de conservación histórica. La ministra de las Culturas, (Carolina Arredondo), y la subsecretaria, (Jimena Jara), no reciben a nadie”.
En ese contexto, Ilianovich cerró con una crítica: “Yo me pregunto, ¿cómo a ninguna autoridad le va a interesar conservar nuestro patrimonio? ¿Tan poco queremos a nuestra ciudad? Nos vivimos lamentando, y aquí tenemos una oportunidad de aportar a Santiago. Esto merece ser resguardado”.
Historia del Palacio Larraín
El Palacio Larraín fue construido en 1913 por el arquitecto Gustavo Mönckeberg. La residencia, de tres pisos, llegó a tener 88 habitaciones y 14 baños, y fue conocida como el “Titanic del barrio Brasil” por su imponente infraestructura.
El historiador Cristóbal García-Huidobro, académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Santiago de Chile, destacó en Radio Usach que el palacio es: “Uno de los últimos grandes edificios señoriales que se construyeron en el casco antiguo de Santiago, justo antes del fin del boom salitrero que vivió nuestro país desde 1880 en adelante”.
Desde su perspectiva, se trata de “quizá uno de los edificios patrimoniales más bonitos que quedan en Santiago”.
Además, valoró su rol como centro cultural, que buscaba “rescatar no solo una forma de vida del mundo aristocrático y palaciego de principios del siglo XX, sino también difundir el patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad”.