Especialistas apuntan al persistente dominio de un anticiclón subtropical del Pacífico como la principal causa de esta situación.
La zona central de Chile atraviesa un período de clima atípico, caracterizado por mañanas frías, ausencia de precipitaciones y mala calidad del aire.
La Región Metropolitana ya vivió dos preemergencias ambientales el pasado fin de semana, lo que plantea inquietudes sobre cómo evolucionarán las condiciones durante el mes.
Según La Tercera, la directora del Observatorio Climático de la Universidad San Sebastián, Paula Santibáñez, atribuye esta inestabilidad a la presencia predominante de un anticiclón subtropical del Pacífico, que funciona como un escudo contra la llegada de frentes lluviosos.
“Aunque podría debilitarse de forma transitoria hacia fines de mes, los modelos siguen proyectando su persistencia como barrera principal para sistemas frontales”, explica Santibáñez.
Aunque no hay un fenómeno de La Niña activo, los patrones atmosféricos actuales imitan su comportamiento: mayor estabilidad, cielo despejado, escasas lluvias y predominio del anticiclón.
Estos efectos también podrían deberse a fases negativas de la Oscilación Antártica (AAO) o a la propagación de ondas planetarias, según detalla la especialista.
Las posibilidades de lluvia siguen siendo bajas. Aunque algunos modelos anticipan un debilitamiento temporal del anticiclón hacia fin de mes, por ahora no se esperan precipitaciones de importancia.
Se proyectan lluvias muy ligeras —alrededor de 1 a 2 mm en Santiago—, consideradas puntuales y de bajo impacto.
En paralelo, se espera que desde el jueves hasta el sábado las temperaturas máximas superen los 20 °C incluso en pleno invierno, replicando episodios anteriores de “ola de calor” invernal.
Esta anomalía térmica se explica por la fuerte radiación solar asociada a cielos despejados y subsidencia atmosférica —el aire que desciende, se comprime y calienta al acercarse al suelo—.
Las condiciones actuales favorecen la acumulación de contaminantes. La inversión térmica, la estabilidad atmosférica y la falta de lluvia impiden la ventilación natural.
El anticiclón actúa como una “tapa” que bloquea la dispersión del aire contaminado, lo que genera una alta concentración de material particulado cerca del suelo y agrava los episodios críticos de contaminación.
Santibáñez advierte que si no cambia el patrón meteorológico, este escenario podría mantenerse durante todo el mes.
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