Un falso topógrafo y millonarias inversiones que incluso permitirían la construcción de un nuevo viaducto, son parte de los hitos que han marcado la historia del polémico Puente Cau Cau y que el gobierno intenta dejar atrás.
“Vamos a hacer una segunda licitación este año para encontrar esa solución definitiva que le permita ser un puente basculante”, anunció el presidente Sebastián Piñera.
Se trata de una obra que le ha dado dolores de cabeza a más de un gobierno y que hoy funciona a medias. Sus brazos se levantan gracias a la ayuda de grúas hidráulicas una vez al mes y por él no pueden circular vehículos pesados ni a más 20 kilómetros por hora.
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“Este gobierno cuando asumió dijo que iba a entregar una solución definitiva y hoy tenemos un puente que nos causa un costo diario altísimo”, condena el diputado socialista Marcos Ilabaca.
La piedra de tope, aclaran desde el Ejecutivo, no es el aspecto técnico, sino el económico. Si bien la Dirección Nacional de Vialidad aprobó $15 mil millones para solucionar el problema de levante, los oferentes han sobrepasado ese monto en los procesos anteriores.
“La licitación salió bastante más que eso y por lo tanto no podemos adjudicar. Eso, por supuesto, nos lleva a una estrategia diferente de reparaciones”, aclara el ministro de Obras Públicas Alfredo Moreno.
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Aunque desde el Ministerio de Obras Públicas (MOP) explican que es un proyecto que debe quedar sí o sí resuelto, aún no se han informado plazos o fechas concretas para el ingreso de las ofertas o la ejecución de las obras.
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