Gonzalo Winter sufre dura derrota en la primaria oficialista y propina un duro golpe al partido del Presidente Gabriel Boric

Por CNN Chile

29.06.2025 / 19:07

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El diputado del Frente Amplio no logró convertirse en el abanderado presidencial del oficialismo. Su propuesta de transformación estructural y liderazgo generacional no fue suficiente para imponerse a Jeannette Jara ni a Carolina Tohá.


Gonzalo Winter sufrió una dura derrota en las primarias del oficialismo llevadas a cabo este domingo 29 de junio. La carta del Frente Amplio, partido del Presidente Boric, fue ampliamente superado por Jeannette Jara y Carolina Tohá, quedando tercero en las preferencias.

El diputado frenteamplista no logró imponerse en la consulta de Unidad por Chile, pese a liderar una campaña con fuerte énfasis generacional y en crítica al modelo económico heredado.

El oficialismo optó por Jeannette Jara como carta presidencial de cara a noviembre.

Gonzalo Winter no será el candidato presidencial del oficialismo. Pese al empuje de su campaña y al respaldo mayoritario del Frente Amplio, el diputado por el distrito 10 fue derrotado este domingo por Jara en las primarias del pacto Unidad por Chile.

Este resultado significa una dura derrota para el partido de Gabriel Boric, ya que será primera vez -desde la formación del bloque- que no lleven candidatura presidencial propia.

Es más, es la primera derrota en urnas luego de que el magallánico lograra convertirse en Presidente de Chile, tras, primero, derrotar en una primaria a Daniel Jadue (PC) y en diciembre, vencer en una segunda vuelta, a José Antonio Kast.

Un relato que no convenció

El resultado marca el cierre de una candidatura que, desde su proclamación en abril, buscó posicionarse como una alternativa transformadora frente a lo que Winter consideraba la continuidad de un modelo agotado.

Su relato apuntó contra las “herencias estructurales” de los gobiernos de la transición, lo que generó apoyo en ciertos sectores, pero también resistencias profundas dentro del oficialismo, especialmente en el Socialismo Democrático.

Las críticas a su franja electoral —donde se hablaba de una “gran estafa” y se usaban imágenes asociadas a la ex Concertación— terminaron marcando parte importante de su campaña.

A lo largo del proceso, Winter insistió en la necesidad de un progresismo más amplio, convocante y audaz, con propuestas para cambiar el modelo de desarrollo, reformar las pensiones, transformar el sistema productivo y combatir la inseguridad con políticas integrales.

Pero la tensión constante con los sectores más moderados del bloque, la dureza de sus diagnósticos sobre el pasado reciente y el rechazo de figuras influyentes como Óscar Landerretche o Fidel Espinoza, limitaron su capacidad de tender puentes.

Su promesa de unidad generacional no logró traducirse en una mayoría política.

En sus últimos días de campaña, el parlamentario intentó bajar el tono del conflicto y abrió explícitamente la puerta a quienes lo habían cuestionado, afirmando que “cuando gane la primaria, todos serán bienvenidos”.

Pero los números no lo acompañaron.Jara, con un mensaje que logró articular mejor la idea de gobernabilidad, experiencia o sintonía con las bases socialistas y comunistas, terminó consolidando una ventaja irremontable.

Tras conocerse los resultados, Winter reconoció con rapidez su derrota, valoró la participación ciudadana y comprometió su respaldo.

Su desafío político no termina aquí: el peso electoral que demostró movilizar en sectores jóvenes, sus ejes programáticos y su cercanía con el núcleo duro del proyecto de Boric lo mantendrán como actor clave en el debate presidencial.

La gran pregunta, de ahora en adelante, será si Gonzalo Winter logra convertirse en puente o en bisagra dentro de una coalición que, tras la primaria, tendrá que trabajar contra el reloj para evitar que sus diferencias internas terminen jugándole en contra frente a la derecha en noviembre.