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Los sueños, la esperanza que se creía traería consigo la Unidad Popular, para septiembre del ’73 ya no eran los mismos. Y justamente cuando la palabra sedición se escuchaba con más fuerza en la izquierda, fue que Carlos Altamirano Orrego -amigo de Salvador Allende y uno de los más buscados por la posterior dictadura- hizo un discurso que lo marcaría para siempre.

“Chile se transformará en un nuevo Vietnam heroico”, afirmó, “si la sedición pretende enseñorearse de nuestro país”.

Tras morir a los 96 años, el ex senador y ex secretario general del Partido Socialista fue homenajeado en la sede de Santiago del Congreso.

Considerado por muchos como uno de los impulsores de la denominada “renovación socialista”, con el retorno de la democracia no siguió en la primera línea de la política chilena.

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Salazar lo recuerda

Gabriel Salazar, historiador y autor de “Conversaciones con Carlos Altamirano: Memorias Críticas”, lo describe así en conversación con CNN Chile: “Me atrevería a decir que de todos los político de esa generación, era el más culto, el más lector, el más reflexivo“.

“Él se fue dando cuenta que Allende estaba tomando un camino irreal”, asegura.

Según el Premio Nacional de Historia, el PS había cambiado demasiado: “Él se aparta porque, claro, están sólo neoliberales. La gran tragedia de la izquierda chilena es que de la voz para afuera es marxista, leninista, revolucionaria, lo que tú quieras, pero en la práctica no han hecho otra cosa que participar en el modelo que establecieron sus enemigos“.

La partida de Altamirano, sumado al fallecimiento en 2010 del líder del Partido Comunista durante la Unidad Popular, Luis Corvalán, marcan para muchos el fin de una generación que protagonizó desde la izquierda una época trascendental de la historia chilena.

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