Caso Convenios: La mayoría de las fundaciones no contaban con los giros tributarios adecuados

El Caso Convenios continúa arrojando nuevas aristas, a la luz de que las transferencias hacia fundaciones alcanzaron casi $12 mil millones. En total, 15 entidades, desde el norte hasta el sur del país, han recibido cuantiosas sumas de dinero.

Cerca de 65 convenios y subvenciones fueron adjudicados el año pasado a las entidades privadas, y las transferencias alcanzaron un monto de $12 mil millones. Además, al revisar los decretos que asignan la entrega de los fondos, se encontró que la mitad de las fundaciones no cuentan con los giros tributarios adecuados para llevar a cabo los programas que les fueron adjudicados por el Estado.

Las siguientes fundaciones presentaron modificaciones en sus respectivos giros tributarios:

• Fundación Local: Estableció convenios por más de $2 mil millones con la Gobernación Regional de La Araucanía con el objetivo de promover el turismo en la zona y la revalorización de residuos domiciliarios. Sin embargo, se constató que su giro inicial era de asesoría financiera, enseñanza y consultoría de gestión. Es importante destacar que de las seis transferencias registradas para esta fundación, cinco se llevaron a cabo en el mes de enero de este año.
• Fundación Cultural TomArte: Fue seleccionada por la Seremi de Vivienda de Antofagasta para llevar a cabo el programa de asentamientos precarios. Sin embargo, en ese momento, sus giros estaban limitados a la enseñanza, la promoción de actividades culturales y la producción de obras de teatro y espectáculos.
• Fundación Territorios Colectivo: Recibió una subvención presidencial de $75 millones destinados al manejo de residuos en Juan Fernández, específicamente para la mejora de la infraestructura de un vertedero. Sin embargo, se constató que esta fundación solo tiene giros tributarios relacionados con la promoción de actividades culturales, organizaciones políticas y organizaciones extraterritoriales.
•  Fundación Espacio Lúdico: En este caso ocurrió algo similar en la Región de Antofagasta, ya que fue seleccionada para trabajar en la habitabilidad de campamentos. Sin embargo, su giro estaba orientado a actividades culturales o recreativas, y al alquiler de “otros efectos personales y enseres domésticos”.
• Fundación Procultura: Mantenía un giro tributario que abarcaba la promoción de actividades culturales y la edición y venta al por menor de libros. Sin embargo, este año, amplió su giro tributario para incluir “otros tipos de enseñanza no calificadas previamente”. A pesar de este cambio, la fundación se adjudicó cuatro convenios de la Seremi de Vivienda destinados a mejorar la habitabilidad de los campamentos.
• Fundación Democracia Viva: Se adjudicó proyectos de habitabilidad de campamentos en Antofagasta, a pesar de que su giro original estaba enfocado en actividades culturales y recreativas. Sin embargo, aproximadamente un mes después de recibir los recursos, la fundación agregó a su giro tributario la construcción de proyectos.
• Fundación Comprometidos: Fue contratada por la Seremi de Vivienda para llevar a cabo el programa de asentamientos precarios, a pesar de que su giro tributario se limitaba a la producción de películas y clínicas veterinarias. Sin embargo, luego de tres meses, la fundación incluyó en su giro los rubros de “asistencia social sin alojamiento” y promoción de actividades culturales.

Estanque de Agua y Red Hídrica instalada por la Fundación Democracia Viva en un campamento.

Caso convenios: Región de Los Lagos

En esta región, destacan dos entidades. Una de ellas es la Corporación Educacional Kimün, la cual utilizó un convenio con la Gobernación Regional con el objetivo de regularizar la propiedad de terrenos pertenecientes a pequeños y medianos agricultores. Lo inusual de esta situación es que la corporación tenía un giro tributario relacionado con asociaciones que promovían actividades culturales. Sin embargo, posteriormente, en diciembre del año pasado, modificó su giro tributario a “actividades de consultoría”, apenas dos meses después.

Algo similar ocurrió con la Fundación Participa, la cual recibió una suma de $1.200 millones destinados a la regularización de títulos de dominio. No obstante, su giro tributario inicialmente se limitaba representar “los intereses de grupos especiales o que promueven ideas ante la opinión pública” y realizar “investigaciones y desarrollo experimental en el campo de las ciencias”. Sin embargo, cuando estalló el Caso Convenios, la fundación amplió su giro a “asociaciones que promueven actividades culturales”.