Agencia Uno

Este viernes el papa Francisco nombró a Celestino Aós como el nuevo arzobispo de Santiago. Mientras que para Puerto Montt el mismo cargo recayó en Fernando Ramos, quien hasta la fecha se desempeñaba como obispo auxiliar de la arquidiócesis de Santiago y administrador apostólico de la diócesis de Rancagua.

Sin embargo, el nombramiento no cayó nada bien en la Comunidad de laicos y laicas de Osorno, quienes decidieron declarar como persona no grata a Ramos.

Entre las razones esgrimidas por la agrupación se encuentra el considerar que el nuevo arzobispo forma parte del circulo de protección del ex obispo de la ciudad, Juan Barros, quien salió del cargo en medio de manifestaciones y acusaciones por ser cómplice de los abusos sexuales cometidos por Fernando Karadima.

Pertenece a un circulo de poder que opera en una iglesia que no quiere reforma”, señaló Mario Vargas, vocero de la Comunidad de laicas y laicos de Osorno a radio Bío Bío.

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En línea con lo anterior es que la agrupación sindica a Ramos como “parte del problema”, ya que, según ellos, pertenece a la una porción de la iglesia que ha callado, que ha hecho pactos de silencio, provocando un clima de autoritarismo y presionando al papa. “Estos personajes no tienen nada que ver con la Iglesia de Jesucristo y la renovación que debiera tener la jerarquía eclesiástica chilena, sin manchas y buscando un nuevo renacer”, indican en su comunicado.

Para finalizar, los laicos de Osorno incitan a otros laicos para promover una nueva forma de gobierno dentro de la iglesia y “exigir ser parte del proceso desde el inicio al término de los futuros cargos eclesiásticos”.

Frente a las críticas por su designación, Fernando Ramos aseguró que “yo no soy encubridor de ningún delito, menos de abusos sexuales. Tampoco estoy muy enterado de este tipo de declaraciones”.

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