El aumento de la malnutrición por exceso es una de las prevalencias más altas de Latinoamérica y es definitivamente importante hacer intervenciones en edades tempranas para prevenir la obesidad.
Cada 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad, con el fin de tomar conciencia sobre esta enfermedad.
La obesidad y el sobrepeso han alcanzado proporciones epidémicas, según la Organización Mundial de la Salud . Las tasas de obesidad casi se han triplicado desde 1975 y han aumentado casi cinco veces en niños y adolescentes en la región de las Américas y el mundo.
En el grupo de edad de 5 a 19 años, el 33,6% de los niños y adolescentes están afectados por sobrepeso u obesidad, y el 8% de los niños menores de cinco años en la región de las Américas, según las últimas estimaciones de UNICEF, la OMS y el Banco Mundial, lo que trae grandes consecuencias.
Sin ir más lejos, a fines de febrero se reunieron en Atenas, Grecia en la 12 Conferencia de Nutrición y Crecimiento, personas cercanas a la ciencia y academia con una preocupación en común: la malnutrición. A la cita llegaron más de mil médicos, muchos de ellos de América Latina.
“La realidad de la malnutrición en el mundo es preocupante, hay más de 38 millones de niños y obesidad en el mundo y esto se aplica también en América Latina (…) Los tipos de malnutrición son 3: baja talla, desnutrición aguda y el sobrepeso y la obesidad. En Latinamérica la baja talla ha ido disminuyendo, al igual que la desnutrición aguda, pero ha ido aumentando el sobrepeso y obesidad. En Chile las cifras son alarmantes, el cambio ha sido más notorio, tenemos menos del 4% de baja talla, pero tenemos el 10 y 15% de la población menor de 5 años está con sobrepeso u obesidad”, señaló Oscar Hincapié, director médico de Abbott nutrición para Latinoamérica.
Las principales consecuencias que nuestros niños estén con elevados niveles de sobrepeso y obesidad es que es la detonante de muchas de las llamadas enfermedades no transmisibles. Dentro de ellas están las patologías cardiovasculares, la diabetes tipo 2, distintos tipos de cánceres, entre otras.
Es por esto que, más allá que la ciencia avance en la cura de las enfermedades, la clave está en la prevención.
“El aumento de la malnutrición por exceso es una de las prevalencias de Latinoamérica más alta y es definitivamente importante hacer intervenciones en edades tempranas. Prevenir la obesidad, más que tratar la obesidad, parece ser el camino”, explica la doctora Judith Ho, pediatra nutrióloga de Panamá.
Para eso es necesario hacer frente a toda la cadena de alimentación desde la primera infancia, poner en valor el primer alimento que recibimos, y luego el rol que cumplen padres y madres a la hora de incorporar alimento sólido, lo que ocurre a los 6 meses de vida.
“Cuando no garantizas una lactancia materna exclusiva en esos seis meses de vida; cuando tú como proveedor de salud no educas al papá o la mamá para una buena introducción de alimentos a partir del sexto mes de vida; cuando no regulas la capacidad de elegir los buenos alimentos v/s aquellos productos con calorías vacías, estás comprometiendo el desarrollo actual y futuro de esos niños”, dice el doctor Otto Torres, pediatra de Guatemala