¿Cómo detectar la deshidratación y evitar riesgos? Nutricionista detalla señales de alerta y recomienda cuándo actuar

Por CNN Chile

10.12.2025 / 12:51

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La especialista advierte que la deshidratación puede avanzar con rapidez sin generar síntomas evidentes en un inicio, y recalca que mantener una ingesta regular de agua es esencial para evitar fallas orgánicas en situaciones de calor, actividad física o enfermedades que aumenten la pérdida de líquidos.


La deshidratación es un problema frecuente en esta época del año y puede avanzar con rapidez si no se identifica a tiempo. Aunque beber agua alivia la sed y el calor, su función es mucho más profunda: el organismo depende de una hidratación constante para mantener procesos esenciales como la regulación de la temperatura, el funcionamiento renal y el equilibrio de electrolitos.

Según especialistas, cualquier persona puede deshidratarse, pero el riesgo aumenta en niños, adultos mayores y personas expuestas a altas temperaturas.

La deshidratación ocurre cuando el cuerpo pierde más líquido del que ingiere, lo que compromete funciones básicas.

Natalia Contreras, académica de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello, advierte que existen señales tempranas que no deben pasarse por alto.

Entre ellas menciona:

  • Boca seca
  • Orina oscura o escasa
  • Piel menos elástica
  • Cansancio
  • Mareos
  • Dolor de cabeza
  • En etapas más complejas pueden aparecer confusión o somnolencia

“Si notamos estos signos es fundamental ofrecer agua de inmediato, y si existe una pérdida excesiva de líquidos por fiebre, diarrea o vómitos, considerar soluciones con electrolitos bajo supervisión médica”, enfatiza Contreras.

Respecto al tiempo límite que el cuerpo puede resistir sin agua, la especialista señala que una persona puede sobrevivir entre tres y cinco días, aunque este rango se reduce considerablemente en condiciones de calor extremo o enfermedades que aumenten la pérdida de líquidos.

“Quiero ser enfática en señalar que privarse voluntariamente de agua no es una práctica segura ni recomendable en ningún contexto clínico ni personal. Incluso deshidrataciones leves pueden afectar el rendimiento cognitivo, el estado de ánimo y la salud cardiovascular”, concluye.