En el marco del aniversario del 18-O y el comienzo del estallido social en Chile, dos iglesias de la Región Metropolitana fueron incendiadas.
En primera instancia, un grupo de encapuchados ingresó por la parte posterior de la Iglesia San Borja, destinada al servicio religioso de Carabineros, para extraer objetos con el fin de encender barricadas en la inmediaciones.
Posteriormente, se registró un incendio en las dependencias de la Parroquia de La Asunción. La cúpula de la Parroquia cayó al suelo tras el voraz incendio.
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Al respecto, el arzobispo de Santiago, monseñor Celestino Aós, afirmó que “la violencia es mala y quien siembra violencia, cosecha destrucción, dolor y muerte”. En esta línea, manifestó: “basta de violencia, no justifiquemos lo injustificable”.
El sacerdote sostuvo que “hace un año sufrimos un estallido de violencia que nos causó tanto dolor personal y tanta destrucción material que pensábamos habría sido una lección amarga y fuerte”, refiriéndose al aniversario del 18-O.
Asimismo, acusó que “nos ha constado reconstruir las instalaciones” y que “los pobres son los más perjudicados”.
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Por lo mismo, monseñor Aós declaró que “sentimos la destrucción de nuestros templos y otros bienes públicos”.
Finalmente, hizo un llamado a no repetir episodios de violencia, asegurando que “el amor es más fuerte” y “Dios no quiere la violencia”.
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