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Según el Censo de 2017, en Chile los mayores de 65 años representan el 11,4% de la población. Mientras, hasta enero de 2019, 430 mil personas habían superado los 80 años y de acuerdo al Observatorio del Envejecimiento de la Universidad Católica, el 13,4% de los mayores de 60 años viven solos.

La señora Florentina Recabarren es uno de ellos y vive en Villa Francia en la comuna de Estación Central. “Cuando recién empezó esto del coronavirus me desesperé porque eso es de alto riesgo. Me siento sola en las noches y me da miedo”, relata la mujer.

El aislamiento obligatorio impuesto a los adultos mayores ha puesto en jaque la continuidad de muchos programas sociales que hacían sentir a este segmento de la población útiles para la sociedad.

Por esa razón y para evitar que el aislamiento se traduzca en soledad y abandono es que el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) está implementando un nuevo programa de acompañamiento virtual, que hasta ahora beneficia a mas de 1.700 adultos mayores.

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“Es muy buena idea porque me sentía sola en la noche. Estoy aburrida de estar encerrada”, sentenció Recabarren.

Octavio Vergara, director nacional del Senama, detalla que el programa “tiene por objetivo poder entregarle un dispositivo móvil a una persona mayor que está especialmente habilitado para realizar llamadas de emergencia a un callcenter en donde hay gente preparada que busca acompañar a las personas mayores”.

No obstante, este acompañamiento no sólo es virtual, ya que monitores del Senama visitan bajo estrictas medidas de seguridad a estos adultos mayores.

“Nosotros venimos a darle asistencia psicosocial y a cubrir las necesidades básicas, por ejemplo, acercarla a los centros de salud más cercanos”, indica Juan Emilio del Valle, monitor del Senama.

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Por otro lado, hay otros adultos mayores que dicen sentirse olvidados por el sistema, al no tener estas opciones.

Óscar Otaiza, pide dinero en el Paseo Huérfanos, está completamente ciego y recibe una pensión de invalidez de poco más de $30 mil. “No me alcanza. Casi la mitad se la paso a mi hijita para que compre el gas”, enfatiza.

“Hemos habilitado un teléfono en el cual un vecino que identifique que hay una persona en calle que requiere de asistencia nos puede contactar”, dice Sebastián Villareal, subsecretario de Servicios Sociales.

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Otros adultos mayores son un poco más afortunados. Viven solos, pero pueden financiar, al menos, prestaciones médicas. Ese es el caso de Doris Rocha, quien utiliza el sistema privado de salud. Ella padece un cáncer de páncreas, enfermedad que podría ser terminal si no es debidamente tratada.

Para evitar que adultos mayores dejen de percibir el tratamientos, centros como Redsalud han implementado un método para atender a domicilio. 

Pero esto es una excepción, porque una serie de adultos mayores viven solos y deben lidiar con los problemas relacionados al diario vivir. 

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