Día Nacional contra el Femicidio: reparación y el deber de no retroceder

Por Priscilla Carrasco

18.12.2025 / 15:16

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Es fundamental ser claros: la erradicación de la violencia contra las mujeres es una obligación del Estado y un compromiso con los derechos humanos. Garantizar a niñas y mujeres una vida libre de violencias es un deber ético que compromete a toda la sociedad, sin exclusión. Defender la vida y la dignidad de las mujeres es defender la democracia, el Estado de derecho y la cohesión social.


Cada 19 de diciembre, Chile conmemora el Día Nacional contra el Femicidio, una fecha que nos interpela a visibilizar este delito como la expresión más extrema de la violencia de género y a recordar que no se trata de un hecho aislado ni una problemática privada, entre cuatro paredes. Todo lo contrario. El femicidio es una grave vulneración de los derechos humanos y un problema de seguridad pública que debe ser abordado con decisión, responsabilidad y políticas públicas sostenidas en el tiempo.

En ese camino, la Ley de Reparación para víctimas de femicidio y sus familias, Ley N° 21.565,  liderada por el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, representa uno de los avances más significativos. Por primera vez, el Estado reconoce explícitamente el daño causado por la violencia extrema y asume un rol activo en la reparación, garantizando pensiones para hijas e hijos de víctimas, mayores garantías de protección laboral para mujeres sobrevivientes y acceso preferente a apoyo psicosocial y jurídico. Gracias a este marco legal, a la fecha, se han otorgado más de 200 pensiones a hijas e hijos de víctimas de femicidio a nivel nacional.

Los derechos de las mujeres y las respuestas del Estado frente a la violencia de género no pueden relativizarse. El Estado de Chile ha suscrito tratados internacionales, como la Convención de Belém do Pará, que obligan a establecer y garantizar medidas de prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres, con independencia de las distintas visiones o enfoques de país. Es fundamental ser claros: la erradicación de la violencia contra las mujeres es una obligación del Estado y un compromiso con los derechos humanos. Garantizar a niñas y mujeres una vida libre de violencias es un deber ético que compromete a toda la sociedad, sin exclusión. Defender la vida y la dignidad de las mujeres es defender la democracia, el Estado de derecho y la cohesión social.

Como Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género, reafirmamos nuestro compromiso con la defensa irrestricta de estos derechos alcanzados y con el fortalecimiento de una institucionalidad capaz de entregar herramientas para la prevención de las violencias de género y desarrollar políticas públicas que le otorguen atención especializada a mujeres en riesgo.  Avanzar hacia una vida libre de violencias es una tarea urgente y colectiva, y recordarlo en una fecha como hoy es más necesario que nunca.

Priscilla Carrasco, directora nacional del Servicio Nacional de la Mujer y de Género (SernamEG)