Nueva temporada de CNN Íntimo: Primer capítulo con Juan Carlos de la Llera, rector UC
En la conversación con Burgos, De la Llera aborda diversos temas trascendentales para el país, como el fin al CAE, el feminismo y los abusos de la iglesia.
A pesar de los avances en equidad de género, la participación laboral femenina en Chile sigue por debajo de los niveles previos a la pandemia, con barreras invisibles y brechas persistentes que frenan su progreso.
A pesar de los avances en equidad de género, el acceso de las mujeres al mercado laboral sigue siendo un desafío en Chile. Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), de los más de 16 millones de personas en el país que pueden trabajar, solo un poco más de 4 millones están empleadas de manera formal.
Este porcentaje, lejos de mejorar, ha disminuido en comparación con los niveles previos a la pandemia, evidenciando un preocupante retroceso en la participación femenina.
La crisis sanitaria no solo frenó el crecimiento laboral de las mujeres, sino que también profundizó las brechas preexistentes, afectando especialmente a aquellas con mayores responsabilidades de cuidado y a quienes trabajan en sectores como educación, servicios y comercio.
De acuerdo con el INE, en los últimos 12 meses de 2024, se generaron 113.915 empleos ocupados por hombres, mientras que solo 31.991 fueron ocupados por mujeres.
“Previo a la pandemia, en 2019, la tasa de participación laboral femenina alcanzó su máximo histórico de 53,3%. Sin embargo, tras la caída de 12 puntos porcentuales durante la crisis sanitaria, no se ha logrado recuperar esa cifra”, señala Constanza Ossa, Managing Director de la consultora Krebs.
Las cifras más alarmantes se encuentran en el grupo etario de 55 a 64 años, donde las tasas de participación laboral femenina son aún más bajas, reflejando las dificultades adicionales que enfrentan las mujeres mayores para reincorporarse al mundo del trabajo.
Aunque hoy existe una mayor conciencia sobre esta problemática y muchas empresas están implementando políticas de inclusión, el cambio parece ser demasiado lento. “Las mujeres siguen enfrentando barreras invisibles que limitan su acceso a mejores oportunidades laborales. Aunque el tema está en la agenda, la velocidad del cambio es insuficiente”, advierte Ossa.
Para lograr un cambio real, la experta de Krebs propone abordar el problema desde cinco ejes fundamentales:
En este último punto, Chile tiene una gran oportunidad. La transformación digital está creando empleos remotos y flexibles, facilitando el ingreso de las mujeres a sectores históricamente masculinizados.
Según Grand View Research, la inteligencia artificial crece a una tasa anual del 37,7%, lo que augura la creación de miles de puestos de trabajo.
“Solo el 5% de las trabajadoras en Chile se desempeña en el área de Tecnologías de la Información (TI), pese a que este sector proyecta la creación de más de 70 mil empleos en los próximos años. Es fundamental incentivar, capacitar y atraer a más mujeres a esta industria, ya que podría ser clave para reducir la brecha de género”, concluye Ossa.
En la conversación con Burgos, De la Llera aborda diversos temas trascendentales para el país, como el fin al CAE, el feminismo y los abusos de la iglesia.