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(CNN) – El líder chino, Xi Jinping, volará a Moscú la próxima semana para reunirse con el presidente Vladímir Putin en su primera visita a Rusia desde que Putin lanzó su devastadora invasión de Ucrania hace más de un año.

La visita será vista como una poderosa muestra del apoyo de Beijing a Moscú en las capitales occidentales, donde los líderes se han vuelto cada vez más cautelosos con la profundización de la asociación de las dos naciones a medida que la guerra continúa en Europa.

También será el primer viaje al extranjero de Xi desde que aseguró un tercer mandato sin precedentes como presidente en la reunión anual de la legislatura de sello de goma de China la semana pasada.

El cara a cara fue revelado el viernes por declaraciones tanto de Pekín como del Kremlin.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo que la visita se llevará a cabo de lunes a miércoles por invitación de Putin y confirmó que la guerra en Ucrania sería una parte central de las conversaciones.

La propuesta de China se reduce a una oración, que es instar a la paz y promover conversaciones“, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.

El Kremlin dijo que los dos líderes discutirán “temas de actualidad de un mayor desarrollo de las relaciones de asociación integrales y la cooperación estratégica entre Rusia y China”.

“También está previsto un intercambio de puntos de vista en el contexto de la profundización de la cooperación ruso-china en el ámbito internacional”, agregó el Kremlin. “Se firmarán varios documentos bilaterales importantes”.

El Kremlin también dio a conocer el calendario de reuniones previstas entre Xi y Putin. Los dos líderes comenzarán el lunes con un cara a cara seguido de un “almuerzo informal”, y las negociaciones tendrán lugar el martes, según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.

Y Yuri Ushakov, asesor del presidente ruso en relaciones internacionales, dijo que Putin y Xi firmarán documentos que acrediten lazos más estrechos entre las dos naciones y planean discutir la guerra en Ucrania.

Moscú aprecia mucho la posición equilibrada del liderazgo chino“, dijo Ushakov al medio de comunicación estatal ruso TASS.

“Rusia y China están satisfechas con el más alto nivel de relaciones que continúan desarrollándose, la visita de Xi Jinping a Moscú les dará un nuevo impulso”, agregó.

Relación “sin límites”

La visita se produce cuando China intenta presentarse como un intermediario de paz neutral en Ucrania, incluida la reciente publicación de un documento de posición que pide una solución política a la crisis.

El jueves, el nuevo ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, habló por teléfono con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, para pedir conversaciones de paz. Los dos discutieron “la importancia del principio de integridad territorial“, dijo Kuleba en Twitter.

Pero el reclamo del mediador ha sido recibido con escepticismo por los líderes occidentales, quienes señalan la negativa de China a reconocer la naturaleza del conflicto y los crecientes lazos con Rusia.

Xi ha hablado con Putin varias veces desde la invasión, tanto virtualmente como en persona, pero no ha tenido ni una sola llamada telefónica con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.

Xi y Putin declararon una amistad “sin límites” en febrero del año pasado, cuando el líder ruso visitó Beijing para la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno.

Y bajo Xi, China se ha negado a condenar la invasión de Rusia, o incluso referirse a ella como tal, y en cambio culpa a la OTAN por provocar el conflicto mientras amplifica la información errónea del Kremlin.

También ha brindado apoyo diplomático a Moscú, además de fortalecer los lazos económicos y militares al impulsar el comercio y realizar frecuentes ejercicios militares conjuntos.

En las últimas semanas, los funcionarios occidentales han comenzado a expresar públicamente su preocupación de que China pueda estar considerando proporcionar a Rusia asistencia militar letal, una acusación negada por Beijing.

“Mejores amigos”

El mes pasado, Putin recibió al principal diplomático de China, Wang Yi, en Moscú, pocos días antes del aniversario de la invasión a gran escala de Ucrania por parte del Kremlin.

Putin le dijo a Wang que las relaciones entre su país y China estaban “alcanzando nuevos hitos“, mientras que Wang prometió “fortalecer aún más nuestra asociación estratégica integral“.

Putin y Xi sostuvieron una reunión virtual por última vez en diciembre, en la que el líder ruso describió las relaciones entre las dos naciones como “las mejores de la historia”, diciendo que podrían “resistir todas las pruebas”.

Los dos líderes comparten una profunda desconfianza y hostilidad hacia Estados Unidos, que creen que está empeñado en mantener a raya a China y Rusia. También comparten una visión de un nuevo orden mundial, uno que se adapte mejor a los intereses de sus naciones y que ya no esté dominado por Occidente.

También han forjado una estrecha conexión personal, con Xi describiendo a Putin como un “mejor amigo” en 2019. Xi se ha reunido con Putin en persona 39 veces desde que se convirtió en líder de China, la más reciente en septiembre durante una cumbre en Asia central.

Washington observando de cerca

Los funcionarios estadounidenses dicen que estarán atentos a las señales de que China está avanzando en el suministro de armas a Rusia durante la cumbre de la próxima semana.

Hasta ahora, los funcionarios han dicho que no ha habido ningún indicio de que Beijing haya tomado una decisión final para ayudar a los esfuerzos de guerra de Moscú con ayuda letal, pero la reunión de la próxima semana podría proporcionar un lugar para tal anuncio.

Es algo de lo que estaremos atentos“, dijo esta semana el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan. “Obviamente, Rusia tiene sus propios intereses en tratar de involucrar a otros países en este conflicto si puede, pero nuestra posición es la misma, ya sea que se reúnan o no”.

La preocupación entre los funcionarios estadounidenses no es que las armas chinas ayuden a Rusia a obtener una victoria decisiva en Ucrania. En cambio, la preocupación es que la ayuda letal de Beijing pueda prolongar el conflicto, lo que los funcionarios estadounidenses creen que favorece a Putin.

Una guerra prolongada también podría beneficiar a China si los recursos y la atención estadounidenses se consumen en Ucrania, en lugar de en Asia, donde Beijing se ha vuelto cada vez más asertivo militarmente.

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