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En el momento en que lo encontraron, el niño de diez años apenas estaba vivo. Su cuello había sido cortado, dejando una herida de casi siete centímetros. Las perturbadoras fotos tomadas por las autoridades que lo encontraron y que obtuvo CNN muestran al niño con jeans, una sudadera de fútbol americano y una chaqueta ligera, tendido en la curva del brazo de su padre muerto.

Fueron brutalmente atacados mientras viajaban por el estado de Veracruz en México, en una tragedia que subraya la desesperación que lleva a tantos centroamericanos a hacer el peligroso viaje al norte de los Estados Unidos por tierra, a menudo poniendo sus vidas en manos de los contrabandistas.

Los viajeros eran guatemaltecos, según el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos, Raúl Hernández. El niño, Cristian, y su padre Rudy, de 37 años, salieron de Guatemala el 28 de mayo de este año. El tío de Cristian y su primo adolescente también estaban en el viaje. En total, era un grupo pequeño: dos hermanos que viajaban juntos, cada uno trayendo un hijo.

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Habían contratado a un traficante de personas en Guatemala que los llevaría hasta Estados Unidos, pero los abandonó en México, dijo Hernández, donde fueron secuestrados.

Sus secuestradores eran miembros del cartel de drogas de Los Zetas, según el secretario de Estado de Interior de Morelos, Pablo Ojeda Cárdenas. Supuestamente llamaron a los familiares de sus víctimas en Estados Unidos, exigiendo un rescate de $12 mil dólares. La familia pudo enviar 8 mil dólares, pero no recibió respuesta de los secuestradores.

Unos días después, el 6 de julio, se encontró a Cristian y su padre tendidos al costado de un camino de tierra en el estado de Morelos, y se les dio por muertos. La garganta del hombre había sido cortada, pero su hijo todavía respiraba.

Las autoridades dijeron más tarde que el tío y su primo lograron escapar, y ahora están bajo el cuidado de las autoridades mexicanas, según un portavoz de la Oficina del Gobernador de Morelos.

Cristian fue llevado a un hospital en la ciudad de Cuatla, donde recibe tratamiento psicológico, además de atención médica. Se “sometió a […] cirugía y actualmente goza de buena salud”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala. Los migrantes que viajan a través de México son habitualmente víctimas de delitos que van desde el robo y la extorsión hasta la violación y el asesinato.

En 2010, se descubrieron los cuerpos de 72 migrantes, 58 hombres y 14 mujeres, en una fosa común en el noreste de México. Las autoridades mexicanas dijeron que creían que la mayoría de las víctimas eran de Honduras y El Salvador, aunque algunas provenían de lugares tan lejanos como Ecuador y Brasil. La fosa común se descubrió a unos 22 kilómetros de la ciudad de San Fernando en el estado de Tamaulipas, cerca de la frontera con Texas.

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El viaje en sí puede ser peligroso

A principios de este verano, una fotógrafa capturó una imagen de Oscar Alberto Martínez y su hija de 23 meses, Angie Valeria Martínez, boca abajo en aguas turbias llenas de malezas cerca de Matamoros, México. Se habían ahogado el día anterior, mientras intentaban cruzar el Río Grande hacia Texas. La fotografía sacudió a los espectadores de todo el mundo y fue un recordatorio de la dura realidad de la crisis migratoria y los riesgos asumidos para llegar a la frontera sur de Estados Unidos.

Los migrantes centroamericanos han temido a Los Zetas durante mucho tiempo, y originalmente estaba compuesto por un grupo de ex fuerzas de élite mexicanas que actuaron como ejecutores del Cartel del Golfo.

A mediados de la década de 2000, se dividieron para formar su propia empresa criminal de tráfico de drogas, pero desde entonces se han diversificado en múltiples actividades delictivas. Secuestrar para pedir rescate, dicen los analistas de seguridad, parece haberse convertido en una de sus especialidades.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala emitió un comunicado expresando sus condolencias a la familia de Cristian y prometiendo pagar todos los costos relacionados con la repatriación del cuerpo de su padre.

Los tres sobrevivientes tienen dos opciones ahora, dicen las autoridades: quedarse en México con una visa humanitaria o regresar a Guatemala.

Con información de Oscar Guadarrama Torres, Kiarinna Parisi, Tatiana Arias y Radina Gigova.

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