Ministro Van Klaveren sobre política de Trump: "Estamos en un momento muy complejo, con muchas turbulencias"
El secretario de Estado analizó en Conexión Global el despliegue internacional de Trump y el impacto de sus políticas arancelarias.
La jefa de política exterior de la UE enfatizó estar en contra de una "solución rápida" poner fin al conflicto y subrayó la participación de Ucrania en la mesa de negociaciones.
(CNN) –La “larga y altamente productiva” llamada telefónica del presidente Donald Trump con su homólogo Vladimir Putin ha despertado temores en Europa de que se alcance un “acuerdo sucio” para poner fin a la guerra en Ucrania en términos favorables a Moscú y sin la participación de Kyiv.
El presidente Volodymyr Zelensky dijo este jueves que Ucrania no aceptaría un acuerdo de paz negociado solo por Estados Unidos y Rusia. Admitió que “no fue agradable” que Trump hablara con Putin antes de llamar a Kyiv, poniendo en duda la política de Occidente de “nada sobre Ucrania sin Ucrania” que se ha mantenido en gran medida durante los tres años de invasión a gran escala de Rusia.
Kaja Kallas, jefa de política exterior de la Unión Europea, advirtió contra una “solución rápida” y un “acuerdo sucio” para poner fin a la guerra, diciendo que Europa y Ucrania deben estar en la mesa de negociaciones porque ningún acuerdo de paz puede implementarse sin su participación.
Para los miembros europeos de la OTAN, el futuro de repente parece mucho más incierto. Desde la fundación de la alianza, Europa ha dependido del paraguas nuclear estadounidense, del despliegue de contingentes militares considerables de Estados Unidos en Europa y del vasto presupuesto de defensa y la cadena de armas de Estados Unidos.
La llamada de Trump a Putin y su posterior anuncio de que las negociaciones comenzarían “inmediatamente” después de alcanzar un acuerdo en Ucrania sorprendieron a los líderes europeos y amenazaron con dejarles con el trabajo pesado de financiar y supervisar cualquier acuerdo.
En otras palabras: Washington hará el trato (y puede recibir el pago en minerales de tierras raras de Ucrania como ha exigido Trump), y Europa pagará la cuenta.
El nuevo secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, dijo a los aliados de la OTAN en Bruselas que las tropas europeas y no europeas —pero no las estadounidenses— tendrían que vigilar cualquier acuerdo entre Ucrania y Rusia. También hubo una negación brutal de las aspiraciones de Ucrania de unirse a la alianza. Hegseth dijo que Washington “no creía que la membresía de Ucrania en la OTAN fuera un resultado realista“.
Un funcionario de la OTAN informó posteriormente que “la membresía en la OTAN no es necesariamente algo que deba negociarse con Rusia. Es una decisión que corresponde a los aliados y que se ha vinculado a cuándo es el momento adecuado”.
El funcionario insistió en que “la posición de la alianza no ha cambiado y Ucrania sigue en camino de convertirse en miembro”.
Christian Edwards, Sophie Tanno, James Frater y Svitlana Vlasova de CNN contribuyeron con este reporte.
El secretario de Estado analizó en Conexión Global el despliegue internacional de Trump y el impacto de sus políticas arancelarias.