¿Quién es Amalia Damonte? El primer amor del papa Francisco que influyó en su vocación sacerdotal

Por CNN Chile

21.04.2025 / 18:00

{alt}

Antes de convertirse en el líder de la Iglesia católica, Jorge Bergoglio vivió un amor juvenil que marcó su vida para siempre. La historia con Amalia Damonte, su vecina de infancia, fue determinante en su decisión de ingresar al seminario tras una ruptura forzada por los padres de la joven.


La muerte del Papa Francisco ha conmocionado al mundo entero. Reconocido como el sumo pontífice desde 2013, Jorge Mario Bergoglio deja un legado espiritual y humano imborrable.

Sin embargo, detrás de su vocación religiosa hubo una historia poco conocida que marcó profundamente su vida: un amor de juventud que, según se ha relatado, influyó en su decisión de seguir el camino del sacerdocio.

Amalia Damonte, vecina y amiga de la infancia del joven Jorge en Buenos Aires, fue quien compartió esta historia con los medios argentinos cuando él fue elegido papa.

Según narró en ese momento, ambos compartieron una infancia humilde, llena de juegos en la calle, bailes sencillos y un profundo aprecio por los valores de la solidaridad y el amor por los más necesitados.

“Era grande, maduro, una maravilla de muchacho”, recordó Amalia en aquella ocasión. “Jugábamos en las aceras o en los parques de la zona, bailábamos… algo muy lindo”.

A los 12 años, Bergoglio no imaginaba una vida consagrada a la Iglesia. Por el contrario, soñaba con formar una familia junto a Amalia. Incluso llegó a escribirle una carta con una promesa clara: si ella no aceptaba casarse con él, se convertiría en sacerdote. La respuesta, sin embargo, nunca llegó como él esperaba. La madre de Amalia interceptó la carta, la castigó severamente, y le prohibió cualquier contacto con el joven Jorge.

Poco después de la ruptura forzada, Bergoglio ingresó al seminario. El vínculo con Amalia se mantuvo un tiempo a través de cartas, pero el destino los llevaría por caminos separados.

La familia Bergoglio se mudó, y poco después también lo hizo la familia Damonte. Amalia formó su propia familia, mientras que Jorge Mario abrazó por completo su vocación religiosa.

Décadas después, ella reflexionaría sobre ese amor de juventud: “Creo que él es muy sensato, y yo soy así también. Soy muy humilde. Tal vez en ese sentido podríamos ser almas gemelas. Como somos muy humildes, amamos a los pobres. El problema es que hoy en día no hay amor por los pobres. La gente ama la ropa elegante y nada más”.

Hoy, mientras el mundo despide al papa Francisco, esta historia revive como un testimonio humano que muestra la profundidad de sus sentimientos y la dimensión de los sacrificios que implicó su fe.