El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, afirmó que abusó a una criada cuando estaba en la escuela secundaria, unos comentarios que su portavoz dijo luego que estaban “maquillados”.

Durante un discurso el sábado sobre la distribución de la tierra, Duterte –que suele cambiar de tema en sus discursos– describió el asalto en detalle tras desviarse hacia el tema de la religión, según CNN Filipinas, afiliada de CNN.

Duterte dijo que había dicho a un sacerdote en un confesionario que había entrado en la habitación de la empleada e introdujo su mano bajo las cobijas, según una transcripción de los comentarios hechos en una mezcla de tagalo e inglés publicada en el sitio web de la Oficina de Comunicación Presidencial de Filipinas.

Sin embargo, el portavoz presidencial Salvador Panelo dijo a CNN Filipinas en un comunicado que Duterte hizo los comentarios porque fue incitado por el sacerdote a confesar algo.

Duterte también dijo que el sacerdote lo tocó durante la confesión, algo que, según dijo, es una cosa por la que “todo niño pasa”, según CNN Filipinas.

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Panelo dijo que Duterte estaba usando una “anécdota risible” para “dramatizar el hecho del abuso sexual que le infligieron a él y a sus compañeros cuando estaban en la escuela secundaria”.

“Él añadió a la historia propósito y la contó con vulgaridad para caracterizar el comportamiento del sacerdote que insistió en escuchar más pecados durante sus confesiones cuando no había ninguno”, dijo Panelo.

Duterte, que es católico, ha sido muy crítico con la iglesia, en especial en lo que se refiere al escándalo de abusos sexuales que sacudió al Vaticano.

El líder filipino ha sido durante mucho tiempo conocido por su estilo poco diplomático y directo, pero algunos de sus comentarios más profanos lo han llevado al agua caliente.

Duterte se ha comparado con Hitler, aunque luego se disculpó por la observación. También llamó “hijo de puta” al expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, y le dijo que se fuera al infierno y bromeó sobre la violación en grupo de un misionero australiano.

Pero sus comentarios groseros sobre la Iglesia católica le han metido en problemas con los votantes. Filipinas es un país incondicionalmente católico, con más del 80% de la población identificada como católica romana.

En junio, Duterte prometió enmendarse con la comunidad católica del país después de llamar a Dios “estúpido” en un discurso. Su anterior portavoz presidencial, Harry Roque, atribuyó los comentarios a Duterte de haber sido abusado por un sacerdote en la escuela secundaria.

Euan McKirdy, de CNN, contribuyó a este informe.

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