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El secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, aseguró que el país no tiene la certeza de la pandemia del COVID-19, pese a que insistió en que el virus podría haberse iniciado en un laboratorio chino.
La conclusión también ha sido calificada por otros funcionarios del gobierno estadounidense, la comunidad de inteligencia de Estados Unidos y agencias de espionaje en países aliados como poco probable.
“No tenemos la certeza. Y hay evidencia significativa de que esto vino del laboratorio. Estas afirmaciones pueden ser ciertas. Yo he hecho ambas. Funcionarios de la Administración las han hecho. Son todas ciertas”, dijo en conferencia de prensa este miércoles.
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Sin embargo, Pompeo sostuvo que la falta de certeza no era una contraducción con sus comentarios anteriores sobre que había “enorme evidencia” de que haya provenido de un laboratorio asegurando que “ambas pueden ser ciertas”.
Pompeo aseguró que no había separación entre las respuestas dispares que él mismo realizó, las de los altos funcionarios militares estadounidenses, funcionarios de Five Eyes y la comunidad de inteligencia.
“Estamos tratando de encontrar la respuesta correcta. Todos estamos tratando de llegar a la claridad“, dijo.
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“Hay diferentes niveles de certeza afirmados en lugares diferentes. Eso es altamente apropiado. Las personas miran detenidamente los datos y llegan a diferentes niveles de confianza. Cada uno de nosotros mira esto y sabe la realidad. La realidad de esto viene de Wuhan”.
El domingo, en una aparición en el programa “This Week” de la cadena ABC, Pompeo afirmó que “hay una cantidad significativa de evidencia de que esto vino de un laboratorio en Wuhan”.
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