Con información de CNN

Japón busca hacer frente con el Ejército y con drones que ladran el aumento de ataques de osos

Por CNN Chile

07.11.2025 / 09:36

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En todo Japón, al menos 13 personas han muerto y más de 100 han resultado heridas desde abril de este año, según cifras oficiales; algunas de las cifras más altas desde que comenzaron los registros en 2006.


(CNN) — Cuando los soldados japoneses llegaron el jueves a la prefectura norteña de Akita, se prepararon para afrontar un nuevo tipo de amenaza: una con orejas peludas y un peso de hasta 100 kilos.

Esta región montañosa es conocida por sus exuberantes bosques, lagos y valles, y por ser un punto crítico de los mortales ataques de osos ocurridos este año en Japón.

“La situación ya ha superado la capacidad de la prefectura y los municipios para manejarla por sí solos, y el agotamiento sobre el terreno está llegando a su límite”, dijo el gobernador de Akita, Kenta Suzuki, en una publicación de Instagram el mes pasado.

Se trata de un problema nacional, exacerbado por la crisis climática y la alteración del hábitat. En todo Japón, al menos 13 personas han muerto y más de 100 han resultado heridas desde abril de este año, según cifras oficiales; algunas de las cifras más altas desde que comenzaron los registros en 2006.

Un oso fue avistado en las instalaciones del Museo Conmemorativo Hara Kei y fue capturado poco después, el 20 de octubre de 2025, en Morioka, Iwate, Japón. Asahi Shimbun/Getty Images

Un oso fue avistado en las instalaciones del Museo Conmemorativo Hara Kei y fue capturado poco después, el 20 de octubre de 2025, en Morioka, Iwate, Japón. Asahi Shimbun/Getty Images

Tan solo en octubre, varios clientes fueron atacados en un supermercado, un turista español sufrió el arañazo de un cachorro de oso en un sitio histórico y un corredor de montaña tuvo que forcejear con un oso en el bosque antes de ponerse a salvo. El problema se ha agravado tanto que el gobierno británico ha incluido una advertencia sobre la presencia de osos en sus recomendaciones de viaje para Japón.

En Akita, las autoridades locales solicitaron asistencia militar formal a las Fuerzas de Autodefensa de Japón, argumentando que sus medidas existentes —que incluyen trampas de caja y aerosoles repelentes para osos— no eran suficientes.

Pero las tropas no se dedicarán a sacrificar osos, ya que la ley japonesa se lo prohíbe. En su lugar, proporcionarán apoyo logístico, como colocar trampas y el transporte de los cadáveres abatidos por los cazadores.

La caza mayor propiamente dicha está reservada a cazadores con licencia y asociaciones de caza locales, algunos de los cuales la realizan de forma recreativa o como trabajo a tiempo parcial. Sin embargo, este grupo se está reduciendo y envejeciendo rápidamente en el contexto de la crisis demográfica de Japón, según informó Reuters el año pasado, lo que ha generado temores de que no puedan afrontar la magnitud del problema por sí solos.

El gobierno federal ha reconocido estas limitaciones. “Los gobiernos locales y las asociaciones de cazadores, que colaboran como equipos de control de fauna silvestre, están ahora al límite de su capacidad”, declaró el ministro de Defensa, Shinjiro Koizumi, en una rueda de prensa en octubre.

“Creo que es lógico considerar qué se puede hacer en respuesta a las solicitudes de los gobernadores locales”.

La Agencia Nacional de Policía anunció el jueves que la policía antidisturbios estará autorizada a disparar a los animales en zonas residenciales de las prefecturas de Akita e Iwate, cuando los cazadores no puedan responder a tiempo.

El 7 de octubre de 2025 se observa una señal de advertencia en un sendero peatonal cerrado en Hida, en la prefectura de Gifu, Japón. VCG/Getty Images

El 7 de octubre de 2025 se observa una señal de advertencia en un sendero peatonal cerrado en Hida, en la prefectura de Gifu, Japón. VCG/Getty Images

Según Suzuki, las autoridades locales también están considerando contramedidas más tecnológicas, como cámaras de vigilancia con inteligencia artificial y sistemas de alerta con drones. Asimismo, en la prefectura central de Gifu, el gobierno está experimentando con drones que reproducen ladridos de perros y fuegos artificiales para ahuyentar a los osos.

Mientras tanto, residentes y autoridades siguen en alerta. Cada vez menos personas acampan, una actividad popular durante el fresco clima otoñal; en algunas ciudades, el personal está repartiendo folletos advirtiendo a quienes hacen picnics que no dejen comida a la intemperie, informó NHK.

Algunos residentes de Akita, temerosos de poder encontrarse con un oso en cualquier momento, han optado por hacer sonar ruidosamente los pomos de las puertas antes de salir de casa, dijo el ministro de Defensa, y agregó: “Ese es el nivel de ansiedad en el que viven los residentes todos los días”.

Cambio climático y difuminación de las fronteras en Japón

Aunque este año se registra un aumento récord de muertes, el número de incidentes entre osos y humanos lleva varios años en aumento.

Los expertos afirman que esto se debe en parte a que los osos se aventuran cada vez más fuera de sus hábitats tradicionales y entran en zonas urbanas en busca de alimento. Algunos sugieren que esto se debe a que el cambio climático está interfiriendo con la floración y la polinización de algunas de las fuentes tradicionales de alimento de estos animales.

El Ministerio de Medio Ambiente atribuyó el aumento de este año a una mala cosecha de bellotas, lo que provocó una oleada similar de ataques en 2023.

Tropas japonesas en la ciudad de Kazuno, prefectura de Akita, el 5 de noviembre de 2025. Algunas partes de esta foto fueron borrosas por la Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón. Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón

Tropas japonesas en la ciudad de Kazuno, prefectura de Akita, el 5 de noviembre de 2025. Algunas partes de esta foto fueron borrosas por la Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón. Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón

El cambio climático también podría estar alterando sus patrones estacionales; algunos estudios sugieren que los inviernos más cálidos podrían retrasar la hibernación, lo que podría aumentar los encuentros con humanos.

Otro factor podría ser el cambio demográfico de Japón, según los expertos. Durante años, las generaciones más jóvenes han emigrado a las grandes ciudades en busca de mejores oportunidades laborales, dejando una población anciana cada vez menor en las zonas rurales.

Esto se traduce en más tierras de cultivo abandonadas, arbustos y árboles frutales crecidos en exceso, y menos gente en las afueras de estos pueblos, lo que facilita que los osos crucen a zonas habitadas.

Además, hoy en día hay más osos. En Japón, la caza indiscriminada de osos provocó una drástica disminución de su población, pero en la década de 1990 se introdujeron medidas de protección ambiental que permitieron su recuperación.

Los osos pardos, que se encuentran principalmente en la isla de Hokkaido, la más septentrional de Japón, duplicaron su población en 30 años, según estimaciones del gobierno, alcanzando los 12.000 ejemplares en la actualidad. El número de osos negros asiáticos, presentes en Honshu, la isla más grande de Japón, también aumentó 1,4 veces entre 2003 y 2018, superando ahora los 42.000 ejemplares.

Esto ha tensado la relación entre los mamíferos y las comunidades japonesas, con esfuerzos gubernamentales que a lo largo de los años han oscilado entre la conservación y la matanza selectiva.

Un grupo de cazadores patrulla una zona cercana al lugar donde se produjo un ataque de oso en Toyama, Japón, el 16 de noviembre de 2023. Kyodo News/Getty Images

Un grupo de cazadores patrulla una zona cercana al lugar donde se produjo un ataque de oso en Toyama, Japón, el 16 de noviembre de 2023. Kyodo News/Getty Images

Culturalmente, las tradiciones sintoístas y budistas enfatizan el respeto por la vida y la naturaleza, valores profundamente arraigados en Japón. En las prefecturas de Nagano y Gifu, los osos negros son venerados a veces como deidades de la montaña, según un estudio publicado este verano.

Sin embargo, al mismo tiempo, los osos representan un peligro real que puede dañar propiedades y personas, lo que genera una profunda tensión cultural, escribieron los investigadores.

Esa tensión es evidente, con algunas personas protestando contra las propuestas de ampliar la matanza y la caza. El grupo conservacionista Kumamori, que afirma tener 21.000 miembros, ha instado al gobierno a buscar medidas no letales y a regenerar los hábitats dañados para que los osos puedan regresar a las montañas.

Otro grupo, la Sociedad de Investigación del Oso de Hokkaido, se ha opuesto firmemente a la matanza de osos, salvo para fines de caza legítimos.

Con la crisis climática agravándose año tras año, desestabilizando los ciclos naturales y las estaciones, Japón se prepara ahora para futuros aumentos en los encuentros entre humanos y osos cada otoño y primavera.

“Hace dos años, el número de incidentes disminuyó drásticamente al entrar en noviembre”, dijo Suzuki en Instagram, refiriéndose al repunte de 2023. “Estamos decididos a superar también el peak de esta temporada de otoño”.


Riku Inoue, de CNN, contribuyó a este informe.