La joven holandesa Noa Pothoven, de 17 años, pidió a su país ser eutanasiada. Debido a una fuerte depresión, ella sentía que no podía continuar luchando contra sus problemas de salud mental.

Según el medio británico The Sun, Pothoven murió el pasado domingo gracias a la eutanasia. Lo hizo en su casa, acompañada de su madre y con la supervisión médica correspondiente.

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La vida de la adolescente se arruinó en su infancia, al ser víctima de tres violaciones. El primer ataque sexual, propinado por su primo, lo recibió cuando apenas tenía 11 años, luego volvió a ocurrir a los 12. Finalmente, a los 14 fue violada nuevamente, pero por dos hombres a la vez.

La adolescente guardó silencio durante mucho tiempo; lo que le había ocurrido la hacía sentir avergonzada. Noa reveló en 2018 que apenas pudo hablar de ello realizó una denuncia ante la policía esperando que algún día los hombres fueran arrestados.

La joven escribió, “Winnen of leren” un libro donde relató sus vivencias, sus problemas de salud mental e incluso sus intentos de suicidio.

Photoven contó también que ella misma había iniciado las conversaciones con los especialistas de la clínica The Hague, quienes se han dedicado a manejar este tipo de procedimientos. Lo hizo sin contarle a su familia.

Las conversaciones sobre su muerte asistida se produjeron por primera vez en diciembre pasado, cuando ella explicó a los doctores su problema y su objetivo de querer morir con dignidad, sin dolor y acompañada de sus seres queridos. 

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“Por miedo y vergüenza revivo el temor y el dolor todos los días. Siempre estoy asustada, siempre estoy en guardia y hasta el día de hoy mi cuerpo todavía se siente sucio”, contó en una entrevista con Gelderlander.

Noa Photoven murió el domingo, el día anterior publicó un mensaje en su cuenta de Instagram revelando su decisión. “Estuve deliberando por un tiempo si debía o no compartir esto, pero decidí hacerlo de todos modos. Tal vez esto sea una sorpresa para algunos, pero mi plan ha estado allí durante mucho tiempo y no es impulsivo”, aseguró.

“Iré directo al punto: En un plazo máximo de 10 días, moriré. Después de años de luchar y pelear, estoy agotada. He dejado de comer y beber por un tiempo, después de muchas discusiones y evaluaciones decidí dejarme ir porque mi sufrimiento es insoportable”, relató Photoven.

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La adolescente añadió que mientras estaba viva, sentía que sólo estaba sobreviviendo: “Respiro, pero ya no vivo”. 

La holandesa pidió a sus amigos de la red social que no intentaran convencerla de que su opción no era la correcta: “Esta es mi decisión y es definitiva”, sentenció.

Finalmente, Noa reflexionó: “El amor es dejar ir, en este caso”. 

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