Francisco, el primer Papa latinoamericano y una voz de los pobres que transformó la Iglesia Católica

(CNN) – El papa Francisco, una voz de los pobres que venció una fuerte resistencia para reformar la Iglesia Católica, ha fallecido el Lunes de Pascua a los 88 años, anunció hoy el Vaticano.

El pontífice murió el día después del Domingo de Resurrección, la festividad más importante del cristianismo, cuando los 1.300 millones de católicos del mundo celebran la resurrección de Jesucristo. A pesar de su delicada salud, Francisco había hecho una aparición pública en el Vaticano, donde saludó con agrado a las multitudes.

La noticia fue dada a conocer por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Santa Sede, quien informó que el papa Francisco falleció a las 7:35 a.m.

“Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco”, rezaba el comunicado del camarlengo.

“Con inmensa gratitud por su ejemplo como verdadero discípulo del Señor Jesús, encomiendamos el alma del papa Francisco al eterno y misericordioso amor del Dios Trino”, concluía la nota.

Francisco había sufrido a principios de año una grave crisis de salud y estuvo hospitalizado durante cinco semanas por una neumonía bilateral. Fue dado de alta el mes pasado y permanecía convaleciente en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano. Hasta la semana pasada, las autoridades vaticanas informaban que su estado mejoraba.

El anuncio tomó por sorpresa a muchos, pues apenas un día antes el papa había protagonizado una aparición de alto perfil, incluyendo un breve encuentro con el vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance.

Aunque no lució tan animado como de costumbre aquel domingo, logró dirigirse a una enorme multitud de fieles.

Francisco impartió la bendición pascual desde el balcón de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, su aparición más destacada desde que salió del hospital.

Poco antes se había reunido con Vance, quien escribió en X el lunes que se alegraba de haber visto al pontífice, “aunque obviamente estaba muy enfermo”.

“Mi corazón está con los millones de cristianos de todo el mundo que lo amaban”, añadió Vance.

El incansable compromiso del papa con los migrantes le llevó a criticar con dureza las políticas de deportación del entonces presidente Donald Trump en los meses previos a su fallecimiento.

Francisco, cuyo pontificado contrastó con el auge del populismo nacionalista, a menudo se vio atacado por poderosos sectores conservadores dentro de la Iglesia en Estados Unidos.

Poco después del anuncio empezaron a llegar condolencias y mensajes de admiración de líderes mundiales, mientras fieles se congregaban en la Plaza de San Pedro.

La muerte tras una prolongada hospitalización

El fallecimiento de Francisco, primer pontífice latinoamericano desde 2013 y uno de los de mayor edad en la historia de la Iglesia, se produjo semanas después de haber sido dado de alta tras su batalla contra la neumonía. Su equipo médico señaló que su condición se había estabilizado, lo que le permitió continuar la recuperación en la Casa Santa Marta.

Dos semanas después de salir del hospital, sorprendió a los fieles con una inesperada aparición en la Plaza de San Pedro. Desde entonces realizó varias apariciones, entre ellas una visita de 30 minutos a una prisión en Roma el jueves anterior y otra a la Basílica de San Pedro la noche del sábado.

Su muerte abrirá un debate sobre el rumbo futuro de la Iglesia Católica, ya que se espera que cardenales de todo el mundo se reúnan en Roma en los próximos días para llorar al pontífice y elegir a su sucesor.

Un pontífice forastero y no europeo

Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio en 1936 en Buenos Aires, hijo de inmigrantes italianos, fue el primer latinoamericano y el primer jesuita en ser elegido papa en los más de 2.000 años de historia de la Iglesia. También fue el primer pontífice en adoptar el nombre de Francisco.

El pontífice argentino se ganó rápidamente la fama de modernizador, con una mirada abierta que le llevó a pronunciarse con valentía sobre crisis humanitarias como la migración, la guerra y el cambio climático. Buscó reformar la Iglesia combatiendo mentalidades elitistas en el clero, defendiendo un trato compasivo hacia católicos divorciados y homosexuales, e insistiendo en que la Iglesia acogiera a todos.

Impulsó medidas para limpiar la corrupción financiera en el Vaticano y abordar los escándalos de abuso sexual clerical, incluyendo leyes para responsabilizar a los obispos por encubrimientos. También promovió un mayor papel de las mujeres en la Curia y autorizó a los sacerdotes a bendecir a parejas del mismo sexo.

Construyó puentes con el mundo musulmán y se ofreció como pacificador en conflictos globales, especialmente en Ucrania y Oriente Medio.

Sus reformas enfrentaron una resistencia sin precedentes por parte de ultraconservadores dentro de la Iglesia, aunque los católicos progresistas consideraron que debió ir más lejos: permitir la ordenación de hombres casados, revisar la doctrina sobre la homosexualidad y dar un espacio más amplio a la mujer en el ministerio.

A pesar de las medidas adoptadas, Francisco no logró erradicar el escándalo del abuso sexual infantil y otras formas de maltrato que han lastrado a la Iglesia Católica, una lacra que asumió como responsabilidad personal pero que continuó dañando la institución en múltiples países durante su pontificado.