El querido líder, así llamaban por obligación, en la hermética Corea del Norte, al hermético kim Yong Il. Fue en 1994 cuando se hizo oficialmente con el poder al suceder a su padre y se convirtió de este modo en el primer heredero de una dinastanía comunista.
El verde de su uniforme y sus lentes negros eran comunes en su vestir, también las plataformas que usaba en los zapatos para verse más grande.
Amante del vino y el coñac francés, nunca faltaron en su mesa ni en las actividades oficiales. La comida, en especial la lagosta, era otro de sus placeres. Y mientras el disfrutaba bebiendo y comiendo, sus ciudadanos, esos 23 millones de norcoreanos que estaban obligados a rendirle pleitecía, literalmente se morían de hambre.
En conversación con CNN Chile AM, Julio Cifuentes, director ejecutivo del Proyecto B, advirtió sobre el aumento de delitos cometidos por menores de edad y llamó a abordar el fenómeno desde sus causas estructurales.