La detención de migrantes y las solicitudes de retención por deportación forman parte de los nuevos decretos que refuerzan la política migratoria en el segundo mandato de Donald Trump, una estrategia que ha generado amplio rechazo en diversos sectores de la sociedad, incluidos mandatarios y líderes religiosos.
Las autoridades de Estados Unidos han reportado la detención de 956 migrantes indocumentados durante la jornada de este domingo, como parte de las nuevas y estrictas políticas migratorias implementadas bajo la administración del presidente Donald Trump.
A través de la cuenta oficial en X del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU. (ICE), se detalló la información sobre las detenciones.
Además, se informó que se han cursado 554 solicitudes de retención por deportación a otras fuerzas de seguridad, lo que eleva el total de arrestos a 2.373 desde el inicio del mandato de Trump.
Desde su asunción al cargo, el presidente ha cumplido su promesa de implementar políticas migratorias más severas, centradas en la detención y deportación de migrantes indocumentados.
Estas medidas también se han acompañado de un esfuerzo por acelerar las expulsiones, lo que ha generado un intenso debate en torno a los derechos humanos y el trato hacia los migrantes.
Cabe destacar que, desde su primer día en la Casa Blanca en este segundo mandato, Trump firmó varios decretos que refuerzan la política migratoria. Entre ellos se incluye la declaración de una emergencia nacional en la frontera sur de EE. UU., el fin inmediato del uso de una aplicación fronteriza llamada CBP One, que facilitaba el ingreso legal de migrantes, y el inicio de un proceso para eliminar la ciudadanía por nacimiento, una medida que se espera desate una batalla legal.
Este es solo el inicio de un proceso que, según las previsiones, continuará a lo largo de su mandato, con un enfoque claro en la implementación de medidas más rigurosas en la frontera sur del país.
Las políticas migratorias de Trump, que ya fueron un tema polémico durante su campaña electoral, empiezan a tomar forma práctica, aumentando la presión sobre los migrantes y las autoridades locales encargadas de llevar a cabo estas acciones.

El presidente Donald Trump sostiene una orden ejecutiva después de firmarla durante un evento de inauguración en el Capital One Arena en Washington, DC, EE. UU., el 20 de enero de 2025. EFE/EPA/Anna Moneymaker / POOL
En un contexto de creciente tensión, la semana pasada, durante las ceremonias de asunción de Trump, la obispa Mariann Edgar Budde le pidió al presidente “misericordia con la gente del país que tiene miedo”, en especial con los inmigrantes y miembros de la comunidad LGBTQ.
“Permítame hacer una última súplica, señor presidente. Millones de personas han depositado su confianza en usted y, como usted le dijo a la nación ayer, usted ha sentido la mano providencial de un Dios amoroso“, expresó la obispa durante su bendición.
Ante este mensaje, Trump reaccionó de manera enérgica, cuestionando las palabras de la ministra religiosa y exigiendo que se disculpara por sus declaraciones.