(CNN) —El parásito angiostrongylus cantonensis ha enfermado a tres visitantes más en Hawai recientemente, lo que elevó el número total de casos a 10 para 2018 y cinco en lo que va del año, dijo el Departamento de Salud del estado.

Los tres casos recientemente confirmados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) no están relacionados, y afectaron a tres viajeros adultos de Estados Unidos continental.

Los cinco casos de este año fueron detectados en la Isla de Hawai, también conocida como la Isla Grande.

Una infección parasitaria causa la enfermedad conocida oficialmente como angiostrongiliasis, que a menudo es leve y no se detecta. Sin embargo, el angiostrongylus cantonensis también puede causar efectos graves en el cerebro y la médula espinal de una persona, según los CDC.

Los síntomas varían, y los más comunes son los dolores de cabeza severos y la rigidez del cuello. Los casos más graves experimentan problemas neurológicos, dolor severo y discapacidad a largo plazo, dicen los CDC.

El momento exacto de la infección se desconoce para cada uno de los tres casos recientemente confirmados en Hawai, aunque un individuo recuerda “comer muchas ensaladas caseras durante las vacaciones”, mientras que otro comió frutas crudas sin lavar, verduras y otras plantas directamente de la tierra.

De acuerdo con el Departamento de Salud, uno de los 10 casos confirmados del año pasado se enfermó después de comerse a propósito una babosa en un reto. Sin embargo, la mayoría de las personas se enferman al ingerir accidentalmente un caracol o babosa infectada con el parásito.

La enfermedad generalmente dura entre dos semanas y dos meses, y en promedio, el período de incubación es de una a tres semanas. Sin embargo, una infección puede incubarse en un solo día o en seis semanas.

Endémica en Hawai

Heather Stockdale Walden, profesora asistente de parasitología en la Universidad de Florida, le dijo a CNN que la enfermedad “ha sido endémica en Hawai durante al menos 50 años”.

El parásito puede madurar completamente en ratas. Las babosas y caracoles de variedad de jardín, que comen excrementos de rata, pueden servir como portadores intermedios, lo que permite que el parásito crezca a una etapa en la que es capaz de causar una infección, aunque nunca a la edad adulta completa (y por lo tanto, nunca es capaz de reproducirse).

Cuando el parásito se introduce en un ser humano, puede perderse, y en algunos casos “ir al cerebro”, explicó Walden.

En tales casos, se puede producir la meningitis, una inflamación de la membrana delgada que cubre la médula espinal y el cerebro. El parásito ingerido “también puede moverse hacia el ojo y usted puede contraer angiostrongylus ocular”, dijo Walden. La extirpación quirúrgica puede ser necesaria en estos casos.

En el mejor de los casos, los pacientes desarrollan una enfermedad leve y simplemente mejoran por sí mismos. Las personas enfermas con esta enfermedad no se vuelven contagiosas.

Previniendo una infección

Es importante que nos aseguremos que nuestros visitantes conozcan las precauciones que deben tomar para prevenir la enfermedad”, dijo el director de Salud de Hawai, Bruce Anderson, en un comunicado.

El Departamento de Salud del estado recomienda que lave todas las frutas y verduras, especialmente las verduras de hoja verde, con agua corriente limpia para eliminar las pequeñas babosas o caracoles.

Las poblaciones de caracoles, babosas y ratas necesitan ser controladas alrededor de las casas, jardines y granjas, eliminando los escombros donde podrían vivir y también utilizando trampas y cebos.

También se recomienda que las personas inspeccionen, laven y almacenen los productos en contenedores sellados, sin importar si provienen de un minorista local, un mercado de agricultores o un jardín de patio.

En las islas hawaianas, alrededor del 80% de los caracoles terrestres son portadores del parásito, según un documento de investigación de 2014.

Descubierta por primera vez en China en 1935, la enfermedad del gusano pulmonar de la rata se ha extendido a Asia, Australia, las Américas (incluyendo Brasil, las islas del Caribe y los Estados Unidos) y las islas del Pacífico. Más de 2.800 casos de infección humana han sido reportados en 30 países.

Cualquier persona que cree que pueda estar infectada debe consultar a un médico.

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