El Mud Master es un equipo de 16 toneladas, fabricado exclusivamente para la compañía Anglo American, que permite acelerar el proceso de compactación de los relaves de forma mecánica, mejorando la eficiencia en el manejo del agua de estos desechos químicos.
Si bien en la minería el consumo de agua continental alcanza un 3% a nivel nacional, según datos de la Dirección de Aguas, la industria tiene un gran desafío: aumentar la recirculación. En este sentido, la tecnología del Mud Master ofrece una nueva alternativa para la recuperación de este recurso.
La máquina, que se encuentra en periodo de pilotaje, permitirá cuantificar cuánta agua podrán extraer del relave y cuánta se pierde por evaporación. Además, permitirá la medición del incremento de los indicadores de recirculación, debido a la aceleración de la compactación del relave.
Esta no es la única forma en la que se trabaja por una minería verde. Un grupo de investigadores del Centro Avanzado de Tecnologías para la Minería de la Universidad de Chile (AMTC) está actualmente buscando soluciones para mejorar las prácticas en tranques.
Una de estas soluciones es un proyecto en el cual, a través de un modelo matemático, buscan optimizar el agua que se utiliza. “Nosotros describimos los procesos físicos principales que dan cuenta de las perdidas de agua (…) Una vez que tenemos ese modelo, diseñamos esquemas óptimos de descarga de relaves que sirva para mejorar las prácticas operacionales en depósitos”, dijo Christian Ihle, investigador principal de AMTC.
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Como líderes en el desarrollo de tecnologías para la minería, AMTC puede jugar un rol fundamental en la recuperación del agua en la industria minera. “Buscamos generar el algoritmo, probarlo y validarlo en un sistema de tamaño grande que tiene que ver con esta modelación computacional y este proceso de optimización el transcurso del año”, agregó Ihle.
El proyecto piloto del Mud Master, desarrollado en alianza con el Centro Nacional de Pilotaje para la Minería, durará 12 meses aproximadamente, tiempo en el que cubrirá un área de prueba inicial de 300 hectáreas de las mil que posee el tranque.
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