Con más de 40 años de trayectoria en Radio Vaticana, Luis Badilla entregó sus proyecciones en CNN Chile de cara al cónclave programado para este miércoles 7 de mayo.
Luis Badilla, vaticanista, conversó con CNN Chile de cara al cónclave programado para el 7 de mayo en la Capilla Sixtina, donde se escogerá al próximo sumo pontífice.
Badilla comentó que, independientemente de quiénes hayan sido creados cardenales por el Papa Francisco, estos adquieren autonomía y libertad, por tanto, “no tienen necesidad de fidelidad ni de adhesión”.
Con más de 40 años de trayectoria, el vaticanista prevé que este cónclave “va a ser relativamente corto”. Recordó que con Jorge Mario Bergoglio el proceso duró aproximadamente 36 horas: “Me acuerdo que se necesitaron unas 30 horas, más o menos. Yo creo que este cónclave puede elegir a un Papa en un máximo de 48 horas. O sea, debiéramos tener un Papa el domingo”.
“Las reformas han sido débiles y no han sido completadas”
Consultado por la periodista Matilde Burgos sobre las reformas impulsadas por el Papa Francisco, desde su perspectiva “algunas las comenzó, pero no han ido rápidamente adelante; otras no tuvo la ocasión de comenzar, de todas maneras. La conclusión del padre Spadaro es que el nuevo Papa tiene que hacer las reformas”, y enfatizó que “las reformas han sido pocas, débiles y no han sido completadas”.
Por ejemplo, recordó el momento en que el entonces sumo pontífice expresó: “¿Quién soy yo para enjuiciar a una persona gay?”, una frase que, según explicó, provocó una revolución planetaria y que hasta el día de hoy sigue siendo leída como una reforma del Papa. “Cosa absolutamente falsa, él se limitó a decir una frase de sentido común, a la que no siguió ninguna reforma. ¿Pero hubo un permiso para que los sacerdotes pudieran bendecir a parejas o no?”
“¿Dónde está el equívoco? Que bastaba con que el Papa dijera una cosa para que la prensa lo transformara en reforma”, complementó.
Respecto a la corrupción, sin titubeos dejó en claro: “Había y sigue habiendo. No es que la lucha contra la corrupción, el uso de las instituciones financieras del Vaticano por parte de la mafia, del narcotráfico, a través de terceras personas con nombres desconocidos, haya terminado. Ha sido una gran lucha, por ejemplo, la que ha dado Francisco, pero no la ha completado. Por otra parte, es una lucha de la que no conocemos todos los detalles”.