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Los ciudadanos de Taiwán sorprendieron al reelegir al presidente Tsai Ing-wen, en una campaña ampliamente dominada por los temores del Partido Comunista Chino (PCCh), así como el deseo de no llegar al punto que vive Hong Kong y su lógica de “un estado, dos sistemas”.

Desde su origen la isla de Taiwán ha sido parte integrante de China, tanto desde la óptica china como taiwanesa. Para el gobierno de Xi  Jinping, sin embargo, Taiwán jamás sería una sociedad independiente.

Con Estados Unidos como soporte, Taiwán esperaba eventualmente derrocar al comunismo de China. Pero hoy la República Popular China es la segunda potencia mundial, tanto en lo económico como en lo militar.

Si hubiera una guerra directa no queda duda que China avasallaría a Taiwán. Otra cosa es que haya un portaviones estadounidense en el estrecho. Y normalmente cuando suben las tensiones, hay un portaviones estadounidense”, dijo el analista internacional Raúl Sohr en Última Mirada.

Para el periodista el resultado de las elecciones en Taiwán son el rebote directo de lo que han sido las manifestaciones en Hong Kong, las que comenzaron luego que se anunciara una ley de extradición a China.

“En términos de represión, la represión en Chile ha sido infinitamente más brutal, con más muertos, con más heridos graves, que lo que se ha dado en Hong Kong. Pese a todo, esa represión ha sido presentada al mundo de manera tal que ha desprestigiado a China”, dijo Sohr.

Por otro lado, Sohr aseguró que tras varias generaciones de ciudadanos, los taiwaneses ya se reconocen a sí mismos como una nación independiente, “y no se sienten plenamente chinos”.

Especialmente los jóvenes son los que más van tomando distancia. Se han educado en un estilo de vida que podrías asimilarlo al de Estados Unidos. Se identifican más con Occidente que con el estilo regimentado, bastante estricto, que viene de China”, explicó el periodista.

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