Por Nicolás Copano
{"multiple":false,"video":{"key":"jpevCZIVh","duration":"00:03:30","type":"video","download":""}}
Publicado por CNN

En Nicaragua, el gobierno del presidente Daniel Ortega anunció hace unos meses una reforma para salvar un quebrado sistema de previsión social. Esa reforma afectaba el bolsillo de las personas. Esa fue la gota que derramó el vaso de los nicaragüenses y fue el inicio de una serie de protestas que han continuado hasta el día de hoy.

¿Y qué ha pasado?

Jóvenes, adultos y ancianos han salido a las calles para marchar contra el presidente del país caribeño y su vicepresidenta, Rosario Murillo, quien es además la esposa de Daniel Ortega. Desde entonces, los manifestantes solo han recibido represión oficial, con un saldo de 350 muertos al menos.

¿Qué buscan los opositores de Nicaragua?

Su principal demanda es que Ortega y Murillo entreguen democráticamente el poder, por medio de un adelanto inmediato de las elecciones, las cuales (en otras circunstancias) se deberían llevar a cabo en noviembre de 2021.

¿Pero qué pasa con Ortega?

Si bien se ha negado a anticipar los comicios, el líder sandinista (en entrevista a CNN) dejó entrever la posibilidad de hacer nuevos comicios presidenciales, pero convocando antes a un plebiscito. «Le podemos preguntar a la gente, claro que sí. Y si la gente dice que sí, pues vamos a elecciones anticipadas y si la gente dice que no, van a decir que hicimos fraude», dijo Daniel Ortega.

¿Qué ha sucedido desde entonces?

Ha habido una serie de intentos diplomáticos, llamando a que el presidente de Nicaragua deje pacíficamente el poder.
El consejo permanente de la Organización de Estados Americanos señala condenar los actos de violencia, represión y violaciones a los Derechos Humanos cometidos por la policía, grupos parapoliciales y otros actores contra el pueblo de Nicaragua.

Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos presiona para que sea usada la Carta Democrática contra el país caribeño. Este intento busca que Nicaragua deje de ser miembro de la OEA mientras Daniel Ortega y su esposa sigan en el poder. Para ello, deberían concurrir los votos de 24 países miembros de la organización, es decir, dos tercios, más un país.

Ahora, quisiera hacer una reflexión.

Nicaragua padeció la dictadura de la familia Somoza desde 1934 hasta 1979, cuando un grupo encabezado por Daniel Ortega derrocó al clan y asumió el poder a través de una junta de Reconstrucción Nacional. Esta junta restableció las instituciones civiles y habilitó las elecciones periódicas con partidos de diferente ideología. Este tránsito ha vuelto a interrumpirse gracias al mismo Daniel Ortega, quien en 2018 pareciera querer escribir la historia de su adversario histórico.

Pero hay un detalle: ningún líder de ningún pueblo puede considerar que está liberando a un pueblo, a espaldas de una soberanía popular que se manifiesta en su contra ni a espaldas de las urnas, aunque éstas le sean esquivas.

Tags:

Deja tu comentario