Sala cuna universal. Excelente noticia anunciada hoy para incorporar mujeres al mundo laboral remunerado. Esta iniciativa, aunque perfeccionable, ayudará en un país machista que aún no asume que los niños no sólo se hacen sino se debieran criar entre dos.
Un país donde si no hay ayuda externa a la pareja, es la mujer mayoritariamente quien se queda en casa. Algo que debiera ser una opción para ambos se transforma en una imposición para ellas.
Merecemos más. Si con sala cuna se salva una de las barreras para buscar trabajo, el punto luego es que te contraten y ahí estar en edad fértil o tener hijos es motivo de discriminación.
Avancemos entonces a un postnatal masculino, posterior al de la madre. Pero irrenunciable, por aquellos que no se lo quieren tomar y para que los que sí lo desean no tengan que vencer los prejuicios de su entorno. Hoy es voluntario y menos del 1% lo utiliza.
Sería ganancia para todos. Las mujeres resultaríamos menos caras que lo que somos en comparación con los hombres y nos contratarían más. Los hijos ganarían en apego con sus papás y los hombres en empatía. Sería el comienzo de un cambio cultural.
Es una inversión no un gasto y Suecia comenzó a implementarlo gradualmente cuando llegó el pib per capitat que Chile tiene hoy. La economía creció, hombres y mujeres presentan menos licencia y los niños son más sanos.
Co crianza y división de tareas domésticas. Porque la igualdad no podemos vivirla sólo puertas afuera.
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