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No más. Esto no es sobre la interrupción del embarazo. El ataque a tres mujeres tras la marcha por un aborto libre debiera entenderse como una agresión contra todos nosotros, mujeres y hombres. Partidarios o detractores de una ley más amplia que la de 3 causales.

Porque una democracia no es tal si el odio se impone. Porque la libertad de expresión es lo básico de una República. Porque no aprendimos nada después de una dictadura si no valoramos eso.

Lo sucedido es inaceptable: tres mujeres agredidas y cobardes que pretendieron silenciar a puñaladas los argumentos que no comparten.

Pero lo de ayer no comienza ayer. Empieza cuando los DDHH se le reconocen sólo a las buenas personas, cuando sólo escuchamos a los que piensan igual, cuando distorsionamos una oposición que choca con la propia. Cuando nos enorgullecemos de que “toleramos” la diversidad.

Y no. Debemos “valorar” la diversidad y entender que la libre expresión o la integridad física se les respeta a todos: al honesto ciudadano o al lanza. Que una mujer tiene igual derecho que un hombre de salir tranquila a la calle a protestar usando un pañuelo verde o celeste.

Aquí sí que ni hay matices, no hay peros, no hay grises. Aquí sólo hay una postura posible: decir todos juntos “no más violencia”. No Más. Todos y todas, juntos. Por todas, por todos.

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