Por Fernando Paulsen
{"multiple":false,"video":{"key":"cztdrCRHf9V","duration":"00:02:00","type":"video","download":""}}

El Apruebo ganó 80-20 al Rechazo. Se abría paso a un hecho histórico y Chile tendría, por primera vez, una Constitución escogida por los ciudadanos y ratificada por esos mismos ciudadanos en un plebiscito de salida.

En otra situación excepcional, tan excepcional como la redacción de una nueva Constitución, la pandemia más mortífera de la historia reciente, que a la hora de ayudar a los chilenos para que cumplan lo que el gobierno mismo ha ordenado, el rechazo está vivito y coleando, y campea en ese bucle ideológico que es la hiperfocalización de recursos.

Lee también: Rubilar dice que el Gobierno buscará mecanismos para llegar a quienes fueron rechazados en el Bono Clase Media

El Bono de Clase Media ha hecho del rechazo un signo de indolencia con una equis roja sobre un fondo blanco. Se le dice al que postula al nuevo Bono Clase Media: ¡te rechazo, te rechazo, te rechazo! No eres apto para recibir la ayuda, no cumples los requisitos, te falta ser más pobre, no perdiste tanta plata el semestre pasado, te faltó para el porcentaje final.

Esa línea ideológica que se avergüenza de que el Estado ayuda al ciudadano, cuando el mismo Estado le pide a ese ciudadano que se guarde, que no salga. Ese pensamiento que hace que ministros se feliciten entre ellos porque en el Congreso consiguieron que el IFE no pasara de $65 mil, hoy ese pensamiento se pasea en cada solicitud que recibe de vuelta un símbolo que humilla y menoscaba, y que impúdicamente le dice a la persona: te rechazo, te rechazo, te rechazo.

Tags:

Deja tu comentario