Por Fernando Paulsen
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“Preguntareís, ¿y dónde están las lilas? ¿Y la metafísica cubierta de amapolas? ¿Y la lluvia que a menudo golpeaba sus palabras llenándolas de agujeros y pájaros? Os voy a contar todo lo que me pasa”. Así comienza el poema Explico algunas cosas, de Pablo Neruda, parte de su libro España en el corazón, dedicado a recoger la tragedia de la Guerra Civil española.

Hay varios libros similares que narran poéticamente el mundo antes de un desastre brutal, que cambia todo, y que hace muy difícil recomponer lo que ya fue destruido.

Una fecha brutal trae a la memoria de todo. No sólo el estrago, y las distintas visiones sobre sus causas, sino también un toque de presente proyectado hacia atrás, desde la pena y el nunca más, hasta la ceguera voluntaria y el cuándo haga falta.

Las fechas con historia crean realidad: realidad que se narra, se exagera, se oculta y se miente. El poema de Neruda ve bucólicamente lo que España era antes de la guerra civil y lo que quedó de ella.

Ponerse de acuerdo en las bases de la humanidad común a todos no debiera humillar a nadie. Lo dijo en inmejorables palabras Sigmund Freud cuando señaló: “El primer humano que insultó a su enemigo, en vez de tirarle una piedra, fue el fundador de la civilización”.

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