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Este instrumento de control político permite al Congreso supervisar a otras autoridades del Estado, garantizando así la separación y el equilibrio entre los poderes.
La tercera edad está en el centro de la discusión sobre el COVID-19 por ser la población de riesgo, pero las medidas para protegerlos los afectan en otros aspectos. Ximena Abogabir, de Travesía 100, analizó este tema en CNN Chile. "Vamos a salir con menos salud y más empobrecidos", dijo.
En estos tiempos de coronavirus, muchos cambios han afectado la vida de todos, pero particularmente los que más se han visto afectados son las personas que se ubican en el rango de la tercera edad.
En primer lugar, porque son población de riesgo frente al COVID-19; segundo, porque las medidas que se han tomado para intentar frenar la propagación del virus y, a su vez, cuidar a los mayores, han impactado en aspectos que para este grupo son importantes, como el contacto con sus seres queridos y tener una vida más activa con sus pares.
Para analizar cómo afecta la pandemia a la tercera edad, Paloma Ávila conversó con Ximena Abogabir, cofundadora de Travesía 100, una empresa B que se dedica a visibilizar y entender mejor las necesidades de la población de la tercera edad.
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La experta destaca que la mayoría de los adultos mayores están en capacidad de cuidar de sí mismos de cara a la pandemia, por lo que las políticas públicas y las medidas relacionadas con la pandemia deben tomar en cuenta esta proporción.
“Nos están metiendo a todos en el mismo saco. Todas las investigaciones van indicando que se podría aplicar la vieja fórmula del 80-20. Aparentemente, hay un 20% de las personas mayores que sí requieren ser asistidas, que no entienden muy bien lo que está pasando o que no están en condiciones de sobrevivir a la pandemia. Pero hay un 80% que sí están en sus cabales“, aclaró.
Abogabir señaló que las autoridades e incluso los medios de comunicación se refieren a los adultos mayores como si se tratase de niños a los que hay que explicarles lo que hay que hacer o prohibirles. “Eso realmente atenta contra la dignidad, contra la autoestima. Pero, sobre todo nos desempodera ante la familia“, dice.
Asimismo, destaca que lo que se considera tercera edad es un rango muy amplio y no todos pueden ser tratados de la misma forma, sin diferenciar sus capacidades y su autonomía, pero, sobre todo, le preocupa el impacto que tendrán, no solo la crisis sanitaria, sino las medidas que se supone deberían protegerlos.
“Nosotros estamos claros de que probablemente vamos a salir con menos salud y más empobrecidos“, aseguró.
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“Es claro que nosotros, los adultos mayores, nos tenemos que cuidar (…) A las autoridades lo que más les pedimos es que discriminen qué tipo de ayuda necesita cada grupo“, indicó la cofundadora de Travesía 100. “Probablemente, para una persona mayor necesita capacitación para capacitarse, pensemos todo el tema digital. Qué distinto se vive la pandemia con o sin digitalización”.
Otro de los aspectos que relevó se refiere a los prejuicios laborales que tienen los empleadores. “El 64% de la gente de esta edad quiere, puede y necesita seguir trabajando aunque no tuviera necesidad económica de hacerlo. Por un asunto de vigencia y de mantenerse vinculados“, precisó.
Este instrumento de control político permite al Congreso supervisar a otras autoridades del Estado, garantizando así la separación y el equilibrio entre los poderes.