En conversación con CNN Chile, el analista político y académico Nicolás Freire destacó la falta de un claro ganador, el bajo perfil de Kast, el cambio de estilo de Matthei, y valoró el desempeño de Enríquez-Ominami, así como las estrategias diferenciadas de Parisi, Kaiser y Mayne-Nicholls.
Ese jueves, el cientista político y académico de la UCV, Nicolás Freire analizó el reciente debate presidencial, transimistido la jornada de ayer por Chilevisión, asegurando que ninguno de los aspirantes logró capitalizar el espacio televisivo en términos electorales.
“Es difícil establecer un ganador del debate, porque nadie aprovechó el espacio para recoger lo que electoralmente este debate le podría permitir”, señaló en conversación con Hoy Es Noticia.
Freire observó que la candidata del Partido Comunista, Jeannette Jara, fue objeto de ataques múltiples, lo que le impidió posicionarse con fuerza “y eso le restó capacidad para hacer puntos”.
“Creo que pisó el palito en algunas oportunidades, como cuando dedica tiempo a responderle a MEO”, explicó.
En cuanto al líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, Freire lo describió como “apagado“, aunque dejó abierta la posibilidad de que se tratara de una táctica deliberada.
“No sé si fue estratégicamente apagado. Lo cierto es que el resto de los candidatos fueron benevolentes con él”, comentó.
Respecto a Evelyn Matthei, el académico apuntó a un cambio de estilo tanto visual como discursivo.
“Matthei estaba con un estilo bachetelizado, vestida de blanco. Era una puesta en escena que evocaba a Michelle Bachelet, mientras que su discurso recordaba los ‘tiempos mejores’ de Piñera. Muy distinto al tono del resto”, dijo.
Sin embargo, Freire cuestionó si esta estrategia es la más adecuada.
“Está apelando a la Concertación y a una derecha moderada, pero en los debates lo que queda son las polémicas. (…) Si el escenario no cambia de aquí a fines de septiembre, una remontada se ve difícil”, añadió.
Sobre el desempeño de Marco Enríquez-Ominami, Freire fue categórico: “Fue uno de los que lo hizo mejor. Maneja el espacio como pocos y se notó cómodo en el formato”.
Para Franco Parisi, el debate funcionó más como una vitrina partidaria.
“Fue una instancia de instalación de su partido político. Trató de marcar diferencias con Kast, pero cuidándose de que no fuera una confrontación directa”, analizó.
En ese mismo espectro, Freire subrayó la estrategia de Johannes Kaiser: “Intentó entrar por la derecha de Kast. Trató de marcar diferencias, pero sin estridencias al punto de que se transformara en una discusión directa. Se cuidó”.
El exdirigente deportivo Harold Mayne-Nicholls también recibió una evaluación positiva: “Destacó por ser un candidato distinto, fuera de la polémica. Eso lo ayudó a posicionarse como una alternativa diferenciada”.
Finalmente, Eduardo Artés fue descrito como un candidato fiel a su estilo.
“Plantea cuestiones que a muchos pueden parecer irracionales, pero lo hace con la convicción de su espíritu revolucionario”, puntualizó el experto.