En conversación con CNN AM, la psicóloga clínica Sandy Infante abordó los efectos físicos y emocionales del desamor, explicando cómo una ruptura amorosa puede desencadenar afecciones cardíacas reales, además de entregar recomendaciones para enfrentar el duelo afectivo de forma saludable.
En el marco del Día Internacional del Mal de Amores, la psicóloga clínica Sandy Infante, magíster en la Universidad Católica, abordó en CNN AM los efectos que puede provocar el desamor, tanto a nivel emocional como físico.
Infante explicó que existen manifestaciones clínicas reales asociadas al sufrimiento afectivo, como el llamado “síndrome del corazón roto”, una condición que, según indicó, puede imitar los síntomas de un infarto.
“La miocardiopatía de Takotsubo es una afección cardíaca que se presenta principalmente en mujeres postmenopáusicas, desencadenada por un estrés emocional o físico extremo. Se caracteriza por dolor torácico, dificultad para respirar y alteraciones en el electrocardiograma, pero sin obstrucciones coronarias significativas”, detalló Infante, subrayando que este fenómeno es estudiado desde la psicocardiología.
La experta también explicó que el proceso de enamoramiento activa intensas reacciones bioquímicas en el cuerpo, como la liberación de dopamina, serotonina, oxitocina y adrenalina. Esto puede provocar síntomas similares a los de una crisis de ansiedad, como taquicardia, alteraciones del sueño, del apetito y un estado de hipervigilancia emocional.
Respecto a la gestión del desamor en adolescentes, Infante enfatizó la importancia de que los padres no minimicen el sufrimiento de sus hijos: “Lo que puede parecer trivial para un adulto puede ser un evento devastador en la vida de un joven. Validar el dolor, permitir que lo expresen y acompañarlos sin juzgar es clave para una recuperación emocional sana”.
En relación con la creencia popular de que “un clavo saca otro clavo”, la psicóloga fue enfática: “El intentar llenar el vacío emocional rápidamente con otra relación puede agudizar el problema, ya que las personas no son reemplazables ni simples respuestas bioquímicas. Hay que dar tiempo al proceso de duelo y resignificar la experiencia afectiva con apoyo y autocuidado”.
Finalmente, Infante se refirió a la posibilidad de considerar el mal de amores como motivo legítimo para ausentarse del trabajo.
“Aunque no siempre está tipificado como patología, sí puede derivar en trastornos adaptativos o duelo complicado. En ese contexto, pedir ayuda profesional no solo es válido, sino necesario”, concluyó.
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