Joignant y muerte de Charlie Kirk: “Se trata de un asesinato políticamente estúpido, además de irracional”
Por Alfredo Joignant
15.09.2025 / 23:39
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"Kirk fue un activista intelectualmente poco sofisticado: pero no merecía morir por defender sus ideas", asegura el panelista de Tolerancia Cero en su minuto de confianza, a propósito del crimen que remeció a Estados Unidos.
Hace pocos días atrás, fue asesinado Charlie Kirk, un conocido productor de relatos de extrema derecha.
Este asesinato fue chocante, además de imperdonable.
Kirk era de esos activistas ultra-conservadores (que llamamos “influencers”, desde Benny Johnson hasta Candace Owens) que, a diferencia de sus homólogos, buscan capturar la opinión yendo a la fuente (especialmente campus universitarios), y no al revés. Provocaba, y escuchaba: su actitud era toda una rareza en las batallas de ideas protagonizadas por influencers.
Más allá de que el discurso de Kirk haya sido repulsivo (es llegar y buscar su discurso odioso en contra de las minorías LGTBQ+, negros, inmigrantes y un largo etcétera), nada justifica tamaño crimen. Morir por ideas, por fascinantes o abyectas que sean, será siempre un shock para la sociedad.
He visto en los últimos días, en distintas partes del mundo, reacciones alocadas, próximas a la demencia: ¿de verdad tenemos que asociar, en modo justificativo, el asesinato de Kirk con sus ideas destructivas de todo cemento común?
No pocos intelectuales de los países del norte han visto en este asesinato un motivo para justificar su propia impotencia: “se la buscó”, dicen varios; “por fascista le pasó”, dicen otros.
Lo peor es que no hay una izquierda cultural detrás de esta muerte, tampoco una izquierda política. Lo que hay es un individuo fanatizado, con un odio hacia la cosmovisión del movimiento MAGA que no tiene límites.
Kirk fue un activista intelectualmente poco sofisticado: pero no merecía morir por defender sus ideas.
Este asesinato reactiva el recuerdo de las políticas de cancelación que tanto daño le han hecho al pensamiento de izquierdas y progresista.
En ese sentido, se trata de un asesinato políticamente estúpido, además de irracional.