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Hace 15 años, un cinéfilo o cualquier persona que quisiera pasar un momento de películas podía ir a cualquiera de las más de 50 tiendas Blockbuster ubicadas a lo largo del país. La mayoría de ellas ubicadas en la Región Metropolitana y el resto se repartían en Antofagasta, La Serena, Concepción, San Pedro de la Paz y Punta Arenas.

Tras el boom del DVD y la posterior llegada de las plataformas de streaming, como Netflix, Dish Network -la empresa dueña de la cadena de videoclubs- anunció en 2013 que suspenderá su negocio de arriendo de películas por correo a mediados de diciembre y cerrará sus 300 tiendas en Estados Unidos a principios de 2014.

“No es una decisión fácil, pero la demanda de los consumidores se dirige claramente a la distribución digital del entretenimiento audiovisual”, comunicó el director general de Dish, Joseph Clayton.

Otra de las razones que sustentan esta decisión fue la caída de ingresos por la piratería en el comercio ilegal. El público prefería la compra directa de películas en calidad baja y a un menor costo que el arriendo momentáneo, lo cual provocó que la marca se cuestionara sobre su futuro en el mercado cinematográfico.

De esta manera, se puso fin a la historia de Blockbuster, firma que alcanzó una enorme popularidad y que llegó a ser líder de su sector, pero que terminó siendo vendida por 320 millones de dólares tras ir a la bancarrota en 2011.

¿Qué pasó con los locales en Chile?

En 2011, la operación de la marca estadounidense en el país —cuyo desarrollo estuvo hasta 2018 en manos del Grupo Issi— operaba más de 50 puntos de venta. Estos se fueron cerrando, hasta llegar a 31 a comienzos de 2013.

Durante este ejercicio, en tanto, la empresa decidió acelerar la reducción de locales, terminando sus operaciones en 20 de ellos, cerrando incluso algunos puntos que habían sido remodelados, como los ubicados en Tobalaba y Vitacura.

En las sucursales de Irarrázaval, La Reina y San Damián remataron todas las películas y artículos que tenían. En regiones se vivió un proceso similar. La Serena, Antofagasta, Punta Arenas, Concepción y San Pedro de la Paz bajaron las cortinas a fines del 2013. Otros emblemáticos, como los ubicados en Viña del Mar, también fueron dejados por la firma.

Hasta ese año, el Grupo Issi proyectaba quedarse en Chile con solo dos puntos de venta: el ubicado atrás del Alto Las Condes y el de La Dehesa, pero estos estuvieron abiertos hasta un año más. Así sellaron el fin definitivo de la marca en el país.

Grupo Issi —ligado a Jaime Sinay y Felipe Israel— tuvo el derecho de Blockbuster hasta el 2018 (la adquirieron en 1998) y sus antiguar instalaciones fueron reemplazas por otras marcas del grupo como Palumbo, Domino’s Pizza, Sebastián Ferrer y 5aSec.

El último Blockbuster

Pese al cierre de más de 300 tiendas en todo el mundo, todavía hay un local que apela a la nostalgia de ir hasta el local, arrendar la película (o las películas) que quieras y luego verla en tu casa.

Ubicado a un costado de la carretera en Bend, Oregon, “The Last Blockbuster” -como le llamó una marca de cerveza- se mantiene a flote y evita que la transformen en una casa de empeños o un restaurante de comida rápida.

La tienda en Bend se volvió parte de la franquicia de Blockbuster en 2000. Cuenta con casi 4 mil clientes con membresía y agrega unos pocos más todos los días. Algunos de los nuevos clientes son turistas que han viajado durante horas para ir al local.

“Nos ha revitalizado ser la última tienda”, contó la gerenta general de la sucursal, Sandi Harding, en marzo de este año a The New York Times.

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