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La reunión cumbre entre Kim Jong-un, líder de Corea del Norte y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, terminó finalmente entre sonrisas y promesas de desnuclearización, a cambio de garantía por parte de Norteamérica ante un ataque militar a la península.

El encuentro, uno de los más esperados desde su anuncio hace algunas semanas, terminó con un distanciamiento de más de 70 años, que contrapuso a ambas naciones, transformándolos en enemigos acérrimos.

Sin embargo, y a pesar del nerviosismo y una tensa calma en el ambiente, la cumbre se desarrolló sin sobresaltos, con un apretón de mano entre ambos mandatarios que pasará a la historia, siempre manteniendo como una de las solicitudes primordiales al gobierno de Kim Jong-un la desnuclearización de su país, garantizando así la paz en el mundo.

Sin embargo, y a pesar del ambiente de optimismo, el analista internacional de “Última Mirada”, Raúl Sohr, solo podría ser una ilusión en medio de un encuentro que calificó más como una reunión de “fanfarrea” que de realidad.

“Este es el mundo al revés, porque Trump se vanagloria de haber llevado a Kim a la mesa y obligarlo a negociar, cuando todos los anteriores presidentes se negaron y por una buena razón, ya que no tenían un acuerdo explícito”, señaló el analista, criticando la postura de Trump frente al tema.

Sin embargo, dijo, esta reunión es un triunfo para para Corea del Norte y especialmente para Kim Jong-un, quien podría conseguir que las tropas norteamericanas salgan de la zona desmilitarizada que separa a las dos Coreas.

“Tiene mucho de farándula. Se habla de gestos, estrechadas de mano, pero de contenido se sabe muy poco”, dijo, respecto al poder nuclear que supuestamente tiene Corea del Norte, agregando que “lo que aparece acá es una ficción”, dijo Sohr.

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