Con solo cuatro triunfos en 17 partidos y sin chances de clasificar al Mundial de 2026, el técnico argentino puso fin a un ciclo que nunca logró consolidar un proyecto competitivo para La Roja.
La etapa de Ricardo Gareca al mando de la selección chilena llegó a su fin tras poco menos de un año y medio en el cargo.
El técnico argentino no logró revertir la crisis futbolística de La Roja y dejó el puesto envuelto en cuestionamientos por sus pobres resultados en las Clasificatorias rumbo al Mundial de 2026.
La salida se oficializó luego de que Chile quedara matemáticamente fuera de la cita mundialista, tras una nueva derrota, esta vez frente a Bolivia, lo que selló su lugar en el fondo de la tabla de posiciones sudamericanas.
Bajo la conducción de Gareca, la selección nunca encontró un estilo de juego claro ni logró consolidar un equipo competitivo.
En total, el ciclo del estratega argentino registró 17 partidos dirigidos, con un balance negativo:
La Roja convirtió 20 goles y recibió 21, reflejando un rendimiento irregular tanto en defensa como en ataque.
El mandato de Gareca comenzó con expectativas altas, tras su exitoso paso por la selección peruana, pero rápidamente esas ilusiones se diluyeron.
El plantel no mostró avances sustantivos ni en resultados ni en juego colectivo, lo que finalmente precipitó el quiebre con la dirigencia de la ANFP.
El futuro inmediato del combinado nacional es incierto, ya sin chances de clasificar al Mundial y con la urgencia de iniciar una profunda reestructuración.
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