Una patada tan brutal y descarada como ordinaria. Eso fue lo que ocurrió la liga sudafricana luego de que Kermit Romeo Erasmus, jugador del Cape Town de aquel país, le pegara a su rival una descalificadora patada que provocó una disputa entre todos los jugadores.

Corría el 17′ del primer tiempo, ambos equipos empataban sin goles y al delantero le hicieron una falta menor a mitad de cancha que el árbitro se demoró algunos segundos en cobrar. Tras esto, Erasmus tomó el balón para impactar el balón y de ahí en más se desató la gresca.

¿El motivo? Apareció otro rival que le quitó la pelota y el descontrolado atacante le pegó una patada a su oponente que lo dejó tirado en el campo. Demás está decir que el árbitro le mostró tarjeta roja directa.

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Erasmus se defendió que asegurando que él solo le quería ejecutar el tiro y que la responsabilidad fue del futbolista agredido.

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