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El cantante se hizo conocido a nivel mundial por la versión del tema, pero la historia de éste se remonta a la Colombia rural de la década de 1930 y tiene un giro con respecto a sus dos protagonistas: Emiliano Zuleta y Lorenzo Morales.
“La Gota Fría”, una de las canciones más emblemáticas del vallenato colombiano, tiene una historia fascinante que se remonta a fines de la década de 1930. Más allá de su ritmo contagioso y su letra jocosa, esta canción encierra una rivalidad musical entre dos grandes juglares: Emiliano Zuleta Baquero y Lorenzo Morales.
“La Gota Fría” surgió en una época donde la música vallenata se transmitía principalmente de forma oral, a través de las parrandas y las “piquerias”. Estas “piquerias” eran una forma común de entretenimiento en la década de 1930, donde los músicos viajaban de pueblo en pueblo, llevando sus canciones e historias. No se trataba tanto de demostrar virtuosismo, sino de improvisar versos ingeniosos para burlarse del oponente, jugando con su apariencia, estatus social o comportamiento.
Emiliano Zuleta Baquero, compositor de “La Gota Fría”, era un reconocido acordeonero de La Guajira, mientras que Lorenzo Morales, apodado “Moralito”, era un ídolo en el departamento del Cesar. Ambos se disputaban el título del mejor acordeonero de la región, lo que dio origen a una “piqueria”, una especie de duelo musical donde la improvisación y la agudeza para ridiculizar al oponente eran las armas principales. De hecho, esta tradición de la “piqueria” era una forma de justa oral, un elemento clave en la cultura colombiana.
Irónicamente, el acalorado duelo musical que inspiró “La Gota Fría” sentó las bases de una amistad de por vida entre los dos rivales.
Según la leyenda, el primer encuentro entre Zuleta y Morales ocurrió en Guacoche, un pequeño pueblo a orillas del río Cesar. Zuleta, al ver a Morales tocar, le pidió prestado el acordeón y deslumbró a los presentes con su talento. Morales, sintiéndose opacado, le arrebató el instrumento, lo que generó una rivalidad que se extendió por toda la región. Zuleta, determinado a desafiar a Morales, viajó a Valledupar para comprar un acordeón.
La historia del duelo musical en Urumita tiene dos versiones. Según Zuleta, Morales no se presentó al duelo pactado, posiblemente por temor a ser derrotado: “Él llegó a Urumita buscándome. Yo no estaba en condiciones porque estaba rascao (borracho), entonces me acosté. Me desperté como a las 22.00 y fui a buscarlo a una parranda y le saqué el acordeón. Él se enfermó y dijo que no iba a tocar más. Acordamos tocar a las 5.00, pero cuando fui él ya se había ido, entonces en el pueblo quedó (el recuerdo) de que huyó Morales”, señaló.
En cambio, Morales afirma que sí estuvo presente, pero que Zuleta, al verlo llegar, se acostó a dormir y luego, al despertar, lo encontró parrandeando y le quitó el acordeón. Morales, cansado tras un largo viaje, decidió retirarse a descansar: “Cuando la gente se dio cuenta de la llegada de Morales a Urumita, inmediatamente le participaron a Emiliano y se fue formando una parranda, cosa que yo nunca la pensé, porque no fui en son de música… Al fin, como de siete u ocho de la noche Emiliano se fue y me dejó el acordeón. Yo seguí parrandeando con los amigos y un poco tarde me acosté con el fin de viajar temprano. Como en esa época no había carros, uno aprovechaba las horas de la mañana para viajar. Ese fue el motivo para mi contendor hacer la composición”.
Lo cierto es que la “batalla” no se llevó a cabo como se esperaba, pero Zuleta, inspirado en los acontecimientos, compuso “La Gota Fría”. En la canción, Zuleta se burla de Morales, lo acusa de cobarde y celebra su supuesto triunfo.
“La Gota Fría”, a pesar de ser una canción tradicional con raíces en la década de 1930, fue grabada inicialmente en 1940 por Guillermo Buitrago con el título de “Qué criterio”. Sin embargo, alcanzó fama internacional gracias a la versión de Carlos Vives en 1993, incluida en su álbum “Clásicos de la Provincia”. La versión de Vives, que incorporaba instrumentos como la guitarra eléctrica y la batería, revitalizó el vallenato y lo acercó a las nuevas generaciones. El éxito fue tal que incluso Julio Iglesias grabó versiones en varios idiomas.
“La Gota Fría” se ha convertido en un clásico de la música colombiana, con más de 260 versiones grabadas. La canción ha trascendido fronteras y ha sido interpretada por artistas de diversos géneros, desde Shakira hasta la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Incluso, llegó a ser considerada como posible himno oficial de Colombia.
Su influencia en la música colombiana es innegable, no solo por su popularidad, sino también por haber inspirado a otros artistas a fusionar el vallenato con otros ritmos. Además, la canción ha sido utilizada en películas, como “La virgen de los sicarios”, y en eventos importantes, como el concierto por la paz con las FARC en 2008, donde fue interpretada por Carlos Vives y Shakira.
Lo más curioso fue el desenlace de la historia. Zuleta alcanzaría fama nacional y Morales desaparecería por varias décadas, hasta que su otrora rival lo buscó. Ahí nació una segunda parte, más improbable: ambos se presentaban juntos y generaron una entrañable amistad, que duró hasta sus muertes. Enfrentados por la eternidad en una canción, Emiliano Zuleta y Lorenzo Morales despidieron sus días como una dupla inseparable.
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