Shawn Mendes desata la locura juvenil en Lollapalooza y se gana al público chileno con rap mapuche y homenaje a Violeta Parra
Por Camila Morandé
23.03.2025 / 23:21
Frente a una audiencia mayoritariamente juvenil que desafió el frío de la noche, el canadiense repasó sus principales éxitos, bajo del escenario para interactuar constantemente con sus fans y protagonizó uno de los momentos más aplaudidos del festival al invitar al escenario a una joven rapera mapuche. Además, ofreció un sentido reconocimiento a Violeta Parra, enmendando con humildad su viralizado error en Argentina.
A un minuto del inicio oficial, el escenario principal de Lollapalooza Chile aún no da señales claras de que el espectáculo vaya a comenzar. Desde las pantallas LED no se proyectan visuales del artista, sino una edición previa con el nombre “Shawn” en su característico logo y códigos técnicos como “imag-I 149×2158” y “Header 3000×790”, que delatan que todavía se afinan los últimos detalles tras bambalinas. La ansiedad del público no decae: se respira expectativa, no impaciencia.
Con cinco minutos de retraso, finalmente las luces se apagan, los gritos se multiplican y el escenario cobra vida. Para quienes llevaban horas sentadas en los costados —especialmente grupos de amigas que llegaron temprano solo para verlo desde primera fila— esos cinco minutos más no son nada. El viaje comienza con fuerza: There’s Nothing Holdin’ Me Back rompe el silencio con una descarga de energía que deja en claro que la espera valió la pena.
El canadiense repasa algunos de los mayores éxitos de su carrera: Stitches, Treat You Better, Monster y Ruin se intercalan con momentos de cercanía emocional y despliegue técnico. En Ruin, por ejemplo, desciende inesperadamente del escenario para saludar a los fanáticos ubicados junto a las rejas laterales. En medio de esa interacción, una joven le entrega un gorro antes de que los guardias puedan intervenir. Mendes, sin dudar, se lo pone entre sonrisas y gritos.
Uno de los momentos más sorprendentes e inolvidables de la noche ocurre cuando invita al escenario a una joven MC mapuche, a quien presenta ante el público como Millaray. Juntos interpretan una versión especial que mezcla rap con sonidos acústicos, generando un puente emocional y cultural. El gesto es celebrado por la audiencia con gritos, aplausos y una ovación que se extiende más allá del final de la canción.
El show tiene una producción cuidada al milímetro, pero también momentos de espontaneidad que lo vuelven entrañable. Fuegos artificiales estallan en múltiples canciones, sincronizados con los clímax musicales. Hay una vibra muy marcada a lo John Mayer —uno de sus referentes confesos— que se filtra en varios pasajes instrumentales, donde las guitarras acústicas y eléctricas dominan la atmósfera, con solos intercalados.
Mendes baja del escenario en tres ocasiones durante el concierto: al inicio, a la mitad y hacia el cierre, buscando el contacto directo con un público que lo recibe con efusividad. La conexión es palpable.
Uno de los momentos más comentados de la noche llega cuando el cantante se toma unos minutos para rectificar un error ocurrido durante su reciente presentación en Argentina, donde atribuyó erróneamente la canción Gracias a la vida. Esta vez, en Chile, el intérprete no solo reconoce la confusión, sino que rinde homenaje explícito a la autora original. Y cuando hace mención a Violeta Parra en un español con perfecta entonación de erres provoca una ovación inmediata.
Y así, Shawn Mendes cerró Lollapalooza Chile 2025 con un show que hizo olvidar el frío de la última noche del festival. Su show fue una combinación perfecta de talento, carisma y un homenaje a la multiculturalidad pocas veces tan marcado en las nuevas generaciones de artistas.
