Fiel a los relatos que lo han convertido en un referente, Gianluca hace y deshace con pasajes como la pena y la soledad, tal como se puede escuchar en los singles Sismo junto a Pablo Chill-E, y Solo, un perreo lleno de oscuridad.

Sin embargo, cuando se digiere la oscuridad, aparece el brillo. Teniendo en claro que no puede obviar sus pasiones porque eso sólo significarían traumas futuros, el compositor se mantiene en una ruta de maduración musical y personal: una maduración que se plasma tanto en lo musical, como en una lírica que sobresale por lo directa, poética y generacional.

Con la compañía de la estrella pop Javiera Mena en la voz, Gianluca da un quiebre en el primer largaduración y nos sumerge en un estado de ensoñación en el que fantasea ideales, como pudimos prever en Flotando.

Yin Yang se transforma en la pieza que funciona como eje para comprender la humanidad del cantante y los desafíos musicales que se propuso, área donde fue acompañado por el destacado productor Pablo Stipicic.

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Trece canciones de una estética clara que refrescan tanto a Gianluca como al panorama de la música urbana nacida en Chile. Un disco que funciona tal como el rotulado: un Yin y un Yang, dos universos que no sólo se encuentran en la composición, sino que logran convivir en decisiones estéticas sonoras que dejan en claro por qué el cantante destaca como una de las mentes más inquietas del escenario latinoamericano actual.

Eso es lo que explota en la segunda parte del largo. La profundización del sentimiento y la apertura a los rincones musicales que Gianluca no había visitado hasta ahora. “Tú (pt.1)” y “Tú (pt.2)” como excelentes piezas para demostrar la osadía con la que el cantante maneja su voz, la estructura de las canciones y los detalles de producción.

Viviendo en exprés, el responsable de Siempre Triste hace gala de sus talentos y los empuja hacia fronteras desconocidas para el género urbano, como se puede oír en La Lluvia junto a Gepe, un tejido de sonidos donde el leitmotiv del chileno pone su estampa final para dar paso a un espiritual cierre.

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