Por Claudia Cayo
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“Chilling Adventures of Sabrina” no tiene absolutamente nada que ver con “Sabrina, the Teenage Witch”, la serie protagonizada por Melissa Joan Hart a fines de los ’90 y que muchos vieron en Nickelodeon y en televisión abierta, por TVN.

Cuando hace algunos meses se anunció el revival de la serie, muchos pensaron que sería una nueva versión de lo que ya se había visto en el canal de cable infantil. Y aunque se mantienen como personajes las tías Hilda y Zelda, y el sencillo galán Harvey Kinkle, todo lo que antes era blanco, en esta nueva adaptación es negro. Si antes el gato Salem era el personaje “simpático” de la historia, ahora es un guardián protector de fuerzas realmente oscuras. Los hechizos divertidos para sobrevivir a la secundaria son ahora ritos satánicos. Las brujas asustan, los demonios poseen y Satán es despiadado con quienes osan desafiarlo.

La serie, a cargo de Warner Bros. y Netflix, es una adaptación de la historieta del mismo nombre, perteneciente a la editorial Archie Comics, y forma parte del mismo universo de Riverdale, que también pasó de ser una novela gráfica a una serie adolescente.

“Chilling Adventures of Sabrina” llega a la plataforma de streaming este viernes 26 protagonizada por la actriz de 18 años, Kiernan Shipka, que durante siete temporadas dio vida a uno de los mejores personajes infanto-juveniles de la ficción de series del último tiempo: la recordada Sally Draper en Mad Men.

Convertida ahora en Sabrina Spellman, Shipka interpreta a una adolescente huérfana a punto de cumplir 16 años, que vive en el pueblo ficticio de Greendale con sus tías Hilda, Zelda, y su primo Ambrose. Sabemos desde los primeros minutos de la serie que Sabrina es especial: es hija de un hechicero y una mujer mortal, fruto de una relación prohibida por la Ley Satánica. Una ley que al mismo tiempo la presiona a elegir entre entre seguir viviendo como mortal y mantener su vida como la conoce, o bautizarse por la Iglesia de la Noche, firmar el libro de Satán y acudir a la Academia de Artes Oscuras para explotar sus poderes.

Hay temas que no necesariamente provienen del cómic pero que ingeniosamente son incorporados a la trama, haciendo guiños a temáticas adolescentes que han adquirido visibilidad gracias a diferentes activismos.

En gran medida es de lo que se trata esta historieta llevada a la televisión. Todo el universo oscuro que rodea la trama y que implica ocultismo, pactos con el diablo, muertos viniendo del más allá y escenas de exorcismo, no son más que sobresalientes adornos para re-escribir un relato universal: el de una adolescente tratando de descifrar quién es, quién quiere ser y de qué lado le interesa dar las batallas.

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Los capítulos transcurren en una especie de tiempo perdido, difícil de descifrar, al ritmo de Creedence Clearwater Revival, Electric Light Orchestra, Blondie y Fleetwood Mac. Podrían ser los ’60 o ’70, pero también podría ser un pueblo muy lejano, en pleno 2018. Sobre todo porque la heroína parece muy conectada con las inquietudes que ha vuelto a despertar en los últimos años la oleada feminista.

Este es un golazo de parte del creador Roberto Aguirre-Sacasa, también show-runner de Riverdale y Director Creativo de Archie Comics, quién entendió que llevar a la pantalla la versión dark de la Bruja Adolescente requería de una cierta relectura del personaje. Porque qué tan sobresaliente puede llegar a ser una heroína fantástica hoy, si no es capaz de conectar con las luchas y contradicciones de las mujeres de hoy.

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Sabrina es de espíritu rebelde. No quiere que la obliguen a ser algo que quizás no quiere. No demora en darse cuenta que el poder en la Iglesia Oscura es ostentado sólo por los hombres, sabe también que el apoyo entre mujeres es fundamental para ser libres en el colegio y en el pueblo.

El drama adolescente, el thriller, la comedia negra y el suspenso se superponen todo el tiempo a lo largo de los capítulos y lo hacen en cantidades diferentes. Algo que les va a molestar a los viudos de la serie de Nickeleodeon.

Hay temas que no necesariamente provienen del cómic pero que ingeniosamente son incorporados a la trama, haciendo guiños a temáticas adolescentes que han adquirido visibilidad gracias a diferentes activismos. Tal ejemplo es el arco de Susie, amiga de Sabrina, quien es reiteradamente acosada por un grupo de hombres en el colegio solo porque su aspecto no logra convencerlos de si realmente es una mujer. Ni siquiera Susie sabe cómo se siente al respecto, pero hace sus intentos por averiguarlo.

Las chicas identifican al fascismo -de manera explícita- como el principal enemigo al interior del colegio, el que no condena el acoso y el que les prohíbe la lectura de ciertos textos. Una excusa perfecta para formar un club de lectura compuesto por mujeres, que sirve también como red de apoyo y que no deja de recordarnos a los grupos feministas de contracultura que muchas veces han operado en completo secreto.

Si las mujeres mortales de la serie actúan así, las brujas, por otro lado, suelen encarnar todo el imaginario que las ha rodeado desde siempre. Son poderosas, sensuales y determinantes. Así es tía Zelda, la villana Madame Wardell y sobre todo las Hermanas Espeluznantes, un trío de malévolas adolescentes de la Academia de Artes Oscuras que guardan un particular resentimiento por Sabrina, que disfrutan complicándole la vida pero que no dudan en ayudarla cuando llega la hora de darle una lección a los machos matones de Greendale.

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Una de las fortalezas de este revival es la plena conciencia que tiene de su origen en la novela gráfica, entregando la historia como si de dar vuelta las páginas se tratara. Es una serie visualmente oscura, muchas veces aterrorizante, pero sabe desprenderse del horror de manera rápida para pasar a una escena graciosa con Tía Hilda o entregar un capítulo protagonizado por un demonio de los sueños que enfrenta a los Spellmans con sus peores miedos de manera ridícula.

El drama adolescente, el thriller, la comedia negra y el suspenso se superponen todo el tiempo a lo largo de los capítulos y lo hacen en cantidades diferentes. Algo que les va a molestar a los viudos de la serie de Nickeleodeon si esperan encontrar acá algo parecido a lo que ya vieron. La nueva Sabrina es diferente, entretenida y atrapante, una opción que sobre todo deberían considerar los fanáticos de Buffy y American Horror Story. Shipka no podría ser una mejor heroína.

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